La Antártida vuelve con malos presagios: una inmensa cantidad de agua desplazada a niveles subglaciares en la zona del lago Cook.

Fotos: ESA / BBC 

Como una muestra más de cómo está cambiando el principal referente climático del planeta, la Antártida, los observadores científicos han detectado un cráter bajo el hielo antártico provocado por una colosal indundación subglaciar que ha movido el equivalente a miles de millones de metros cúbicos de agua en la zona del lago subglacial Cook (este del continente); el cráter ha sido detectado por la ESA y sus satélites y varios métodos auxiliares que mapean la zona.

Según los investigadores, el desplazamiento de agua debió ser casi el doble de lo que normalmente sería capaz de evacuar, por ejemplo, el río Támesis en un solo día. El agua se desplazó con seguridad hacia el océano, con lo que se alimenta cada vez más la sensación de que sí puede estar produciéndose un cambio en los movimientos de agua en el polo sur.

Las técnicas usadas fueron una combinación de análisis e investigación en las plataformas científicas europeas a partir de otros satélites (Cryosat). La Icesat, una sonda de supervisión de la Antártida de la NASA con un laser preparado para explorar la superficie fue la primera en detectar que había una discontinuidad en la superficie, y el Cryosat fue capaz de detectar el cráter resultante por el desplazamiento de agua y el hundimiento parcial de lo que había sobre ella. Toda la investigación fue publicada en Geophysical Reserarc Letters, un medio especializado británico.

 

El cráter tiene 260 km cuadrados y más de 70 metros de profundidad. A partir de esos parámetros se pudo determinar el volumen de agua desplazada; 6,4 km cúbicos (como el lago Ness en Escocia) a un ritmo calculado de unos 160 metros cúbico por segundo, el mayor suceso de este tipo registrado hasta ahora. Lo que no se sabe con certeza es lo que ocurre a partir de ese momento: el agua pudo entrar en el océano bajo la plataforma de hielo continental, o también pudo congelarse nuevo al entrar bajo ella. Lo que sí es cierto es que el sistema de aguas ha cambiado.

El lago Cook es uno más de los centenares de lagos subglaciares que existen en la Antártida, como el archifamoso lago Vostok; todos ellos guardan la misma característica: son herencia de la repentina glaciación que cubrió el continente cuando se desplazó hacia el extremo sur por la deriva continental. Lagos naturales que quedaron aprisionados por la presión conjunta del hielo y las rocas, que con toda seguridad formaban parte del sistema de ríos que tenía la Antártida, o que actualmente todavía están presentes. Son muchos los que creen que todavía existe un sistema hidrográfico subglaciar en la Antártida y que los lagos subterráneos bajo el hielo son parte esencial. Además, se trataría de un proceso implicado en el cambio climático del polo sur.