La expansión de la agricultura no fue uniforme ni producto de una sola comunidad concreta, sino que pudo ser transferida por auténticas federaciones de pueblos diferentes que compartieron información, recursos y métodos.

El University College de Londres ha publicado un estudio que opina que la transición final entre los cazadores-recolectores y los agricultores sedentarios fue hace unos 10.000 años y que se hizo, además, de forma múltiple y paralela. Hasta ahora se daba por sentado que sólo unos cuantos pueblos homogéneos habían descubierto la agricultura y la habían sofisticado en su beneficios, y que sólo a través de la conquista o asimilación cultural pasó a otros. Esa visión habrá que cambiarla por otra polivalente y casi federal, por definirla políticamente.

Las poblaciones que hicieron esa transición fueron muy diferentes, tanto cultural como genéticamente. La tradición estima que los Homo Sapiens evolucionaron culturalmente de forma más o menos homogénea en una fase prehistórica, y que las actuales diferencias aparecieron hace relativamente poco, en torno a unos 4.000 años. Es decir, que los primeros agricultores estaban mucho más cercanos entre sí en la región de origen, Oriente Medio. Sin embargo se ha demostrado que no fue así, y que en la zona las diferencias entre poblaciones eran muy grandes.

Las poblaciones sedentarias de Oriente Medio no tenían nada que ver con las de Europa, o del Egeo, la región intermedia entre ambos bloques culturales. La zona cero de la agricultura fue, sin duda, Oriente Medio, concretamente la zona fértil del Tigris y el Éufrates de lo que hoy es Irak y que hace 10.000 años era mucho más verde, húmeda y viva que actualmente, donde el clima semidesértico ha ocupado el lugar que antaño tenía otro mucho más benigno. La agricultura no tuvo un origen concreto, sino que fue toda la región la que, aparentemente, pasó de un modelo a otro en muy poco tiempo y de forma múltiple, con posibles intercambios que aceleraría su expansión.

Zonas donde surgió la agricultura en la fase más antigua: la inicial fue el Creciente Fértil de Oriente Medio

La razón no fue que todos pertenecieran a un grupo, sino que las nuevas técnicas s expandieron de forma “federal” entre distintos grupos muy diferenciados pero unidos por lo que parecía una auténtica revolución humana. Se cree incluso que la separación entre poblaciones de Oriente Medio superaría los 60.000 años, lo que explicaría que se generaran diferente culturas a posteriori, que sin embargo no tuvieron problemas en compartir la tecnología de forma múltiple independientemente de sus diferencias lingüísticas, culturales o incluso genéticas.

La gran región era muy diversa: actualmente la zona cero de los investigadores abarca el este de Turquía, Siria, Líbano, Israel, Irak y el oeste de Irán, donde nacerían decenas de culturas diferentes que, a la larga, domesticarían animales y crearían las primeras ciudades. Hay una relación de causa-efecto entre la agricultura y la fundación de ciudades y civilizaciones. De hecho es lo que nos define como especie. El proceso no fue de un año para otro, quizás tardara generaciones, pero todas entre sí llegaron a la misma conclusión por intercambio de información, pero también porque todos parecían buscar la manera de conseguir más comida con cada ciclo vegetal natural.