Málaga espera impaciente que finalmente se configure el proyecto para su sede delegada del Pompidou de París y que ha sufrido varios retrasos en las obras mientras en la capital francesa se debate su configuración.

En noviembre de 2013 publicábamos en El Corso que Málaga albergaría la primera subsede internacional del Centro Pompidou de París, una de las grandes instituciones de arte contemporáneo de Europa y del mundo. Lo haría en los muelles 1 y 2 del puerto malacitano, donde hay un gran cubo de cristal y acero que se llama así, tal cual, el Cubo, y que será el emplazamiento de la primera subsede internacional que va a ocupar el Centro Pompidou parisino. El que es santo y seña del arte contemporáneo continental se ha fijado en la misma ciudad donde ya hay un ramal del Thyssen-Bornemisza y donde Picasso también tiene un espacio para él. Pero todo seguía en el aire meses más tarde.

En aquel momento se supo, a través del municipio, que acondicionarlo costaría 2,5 millones de euros. El acuerdo se cerró por cinco años, con lo que, oficialmente, la cifra a recaudar al año por el ayuntamiento será de un millón de euros. Las críticas políticas al estipendio han sido masivas pero el gestor (del PP) se defendió añadiendo esa recaudación “si todo sale bien”. El edificio dispondría de una superficie de 6.000 m2 y acogerá cerca de 70 obras del Pompidou durante cinco años, pero no empezará antes de 2015. Se sumará a la larga lista de instituciones culturales que  maneja Málaga en estos momentos: a los citados museos de Picasso y el Museo Carmen Thyssen se suma el Centro de Arte Contemporáneo y un ambicioso proyecto cultural en el Muelle Heredia, del que formará parte el futuro Cubo.

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Sin embargo, todo se paralizó hace poco. Las obras se detuvieron y desde París extendían las dudas sobre el futuro del proyecto. Las prisas en Málaga por parte del PP son muchas: debería estar antes de las elecciones locales, pero una cosa es lo que desea la derecha española y otra la que dispone la casa madre de París. El proyecto general se presentó ayer mismo en París: la gran colección tendrá sucursal en el sur de España con obras de Picasso, Tàpies, Ernst, Attia, Bacon, Magritte o Frida Kahlo, además de otras obras, todas seleccionadas por Brigitte Leal, del Centro Pompidou. Así que con el camino despejado se abre paso otra parte más de la oferta cultural española en arte. El contrato es por cinco años con posibilidad de prorrogación si las partes quedan satisfechas con lo ocurrido en ese lustro.

El presupuesto del Pompidou de Málaga está cifrado en tres millones anuales (poco para las dimensiones reales de la colección y el potencial del arte contemporáneo), siempre y cuando el ayuntamiento pague los 1,5 millones de euros de canon que exige como contrapartida el Pompidu parisino para que se pueda usar la infraestructura y la imagen del centro. Ese dinero se sufragará en parte por la taquilla del centro y los servicios añadidos, que pueden ir desde conferencias a la cafetería y la sempiterna tienda que todo museo debe tener.

La colección se organizaría en torno a cinco secciones: Metamoformosis (obras relacionadas con el cubismo y con artistas como Antonio Saura, Erró, Gérard Gasiorowski); El cuerpo en pedazos (Picasso, Ferrán García Sevilla, Kader Attia o Julio Rodríguez); El cuerpo político (Peter Kasen, Carolee Schneemann, y otros); Autorretratos (Frida Kahlo, indispensable, además de Van Dongen, Chagall y Bacon); y El hombre sin rostro (Li Yongbin, Fernand Léger y Alexander Calder). Además habrá proyecciones relacionadas con la arquitectura, dispositivos para que el público conozca la cada madre de París e impartirá talleres y organizará eventos culturales paralelos.