Después de décadas discutiendo quién llegó primero, quién “redescubrió” América o no, la realidad pudo haber sido mucho más pretérita e interesante: un estudio, arriesgado eso sí, indica una nueva opción, que otros homínidos llegaran primero al continente, mucho antes que la gran migración aceptada como primigenia hasta hoy. Hay dos opciones: Neandertales y Denisovanos.

Investigadores de EEUU y Australia, adscritos al Museo de Historia Natural de San Diego (California), han elaborado una nueva teoría a partir de los fósiles hallados en 1992 en la construcción de una autopista en el sur de California, cerca de San Diego. Allí han encontrado huesos de mastodonte (un antiguo mamífero ya extinto y contemporáneo de los Neandertales) con señales claras de haber sido alterados por homínidos para poder extraer el tuétano, una costumbre muy arraigada en la dieta Neandertal. Hasta ahí no habría problema, un hallazgo que sería inmediatamente aceptado… de haber sido en Europa o el centro de Asia. El problema es que esos huesos tienen 130.000 años. Es decir: toda la tradición histórica que establecía que humanos del norte de Asia (con componentes de Extremo Oriente) cruzaron por el puente de tierra de Bering y colonizaron el continente hace 15.000 años salta por los aires. Una de las opciones, por datación de movimientos de población, es que fueran Neandertales. Pero sólo es una posibilidad. Porque el problema es que los primeros Sapiens salieron de África como mínimo hace 100.000 años. Las fechas no cuadran.

La nueva teoría, publicada en la revista Nature, ha levantado polvareda por dos razones: primero porque obligaría a reescribir todos los libros de Historia de América, segunda porque han utilizado un método de datación novedoso basado en el uranio en lugar de los clásicos. Eso ha dado un registro mucho más certero, y mucho más antiguo. Tanto que literalmente robaría a los nativos americanos el derecho político a reivindicarse como los primeros. Aunque los investigadores no se han atrevido a decir qué posible línea homínida pudo llegar tan temprano, una de las opciones plausibles es que fueran Neandertales. Si llegaron hasta América es que se expandieron mucho más de lo que hasta ahora se sospechaba (siempre se ha asumido que su frontera oriental fue Asia Central), y sobre todo que lograron sobrevivir. De ser así habría que empezar a pensar quién estuvo allí hace tanto tiempo, y sobre todo, qué legado dejó. Las preguntas se acumulan: ¿sobrevivieron los Neandertales en América, se emparentaron con las poblaciones humanas modernas, evolucionaron de alguna manera, por qué no hemos encontrado hasta ahora más restos suyos?

La otra teoría es que esos huesos fueran manipulados por poblaciones migrantes mucho más antiguas de lo que se creía. Es decir, un camino intermedio: la gran colonización de hace 15.000 años fue en realidad una fase tardía de un proceso mucho más largo en el tiempo que empezó antes de lo que pensamos, donde sucesivas migraciones humanas se solaparon unas sobre otras. Y el punto de que sean Neandertales tiene incluso implicaciones de otro tipo: estos “primos” de los humanos fueron determinantes en la creación de las poblaciones de Asia Central y Europa, lo que supondría que hubo un componente euroasiático anterior al original de todos los americanos no criollas actuales. El estudio además es peculiar: los huesos fueron hallados en los años 90 y sólo ahora han sido estudiados más en profundidad. Los huesos tienen marcas de haber sido fracturados con piedras, deliberadamente y con un plan preestablecido, no aleatoriamente como haría un depredador clásico; es más, junto a los huesos encontraron piedras alisadas para ser usadas como yunques para poder extraer la médula.

Ese nivel de pericia ya lo tenían las poblaciones humanas que llegaron después. El problema de toda esta historia es la datación: 130.000 años, un rango tan anterior que altera todas las líneas temporales de la colonización humana del planeta. Además, y esto es importante, el método de extracción del tuétano ya ha sido visto en otros hallazgos en el Medio Oeste de EEUU, en Kansas y Nebraska, lo que implicaría que no sólo fue en la soleada California donde los Neandertales se habrían asentado. Si es que fueron ellos, porque esa opción es muy arriesgada y todavía debe ser revisada y comprobada. Porque el problema es que no han hallado huesos de Neandertal en la zona, sólo el rastro de sus acciones. Si hubo poblamiento tan temprano deberían haber aparecido huesos de esas poblaciones. Otra opción es que fueran denisovanos, un tipo de homínidos paralelo a los Neandertales y los Sapiens. Ambas especies ya estaban en Siberia en las fechas señaladas, lo que validaría, al menos en teoría, la posibilidad.

Posibles rutas de migración de los Sapiens, los Neandertales y los Denisovanos

Otra prueba a su favor es que los indígenas del Amazonas, poblaciones que han estado aisladas durante siglos, incluso de las civilizaciones precolombinas, tienen componentes genéticos idénticos a poblaciones de Australia y Asia, que a su vez tienen un componente denisovano en su ADN. Es decir: igual que los Neandertales dejaron su impronta en los europeos y asiáticos centrales por el mestizaje con ellos (perfectamente comprobado genéticamente), los denisovanos hicieron lo mismo con los asiáticos. La cadena establecida sería incluso más larga, y la Historia de América cambiaría. Pero todo depende de que 1 más 1 sean dos: desde que fuera publicada esta hipótesis ha recibido muchas críticas porque deduce muchas cosas sin tener suficientes pruebas. Para empezar un tipo de experiencia tecnológica que los Neandertales y Denisovanos quizás tuvieran, pero que les habría obligado a migrar de forma escalonada y deliberada hacia Bering y luego hacia el sur por la costa occidental de Norteamérica. Eso es algo que sólo hicieron los Sapiens. Y sobre todo, si fueron Neandertales, ¿por qué esa técnica tan primitiva cuando éstos eran incluso capaces de hacer artesanía y herramientas más sofisticadas?

Los Neandertales: mucho más que ceñudos primitivos

Cada vez que los paleontólogos y genetistas indagan un poco más en los Neandertales cae un mito, un tópico o una leyenda: su dieta no era sólo de carne, también consumían vegetales, y tenían tecnología propia. Su extinción hace unos 40.000 años dejó el camino libre en Eurasia a los Sapiens, con los que se mezclaron mediante la hibridación (cruce sexual de especies con hijos fértiles) y pasaron parte de su ADN a las siguientes generaciones de Sapiens. Su extinción tiene muchos “culpables” y no uno solo: cambio climático (del frío al calor, con lo que su adaptación dejó de tener importancia), competencia con los Sapiens más modernos, patógenos que portaban los Sapiens ante los que los Neandertales no tenían resistencia, la endogamia que los anuló… Los Neandertales ni eran idiotas ni tan simples como nos podemos creer. Tenían tecnología propia, decoración y si no era suya la copiaban de los Sapiens. En los últimos años se han publicados diversos estudios españoles e internacionales en los que queda claro que tenían su propia tecnología estos homínidos que aparecieron en Europa hace 250.000 años cubriendo un área inmensa que iba desde Gibraltar a Uzbekistán. No sólo utilizaban el medio en su beneficio, primer síntoma de inteligencia, sino que tallaban la piedra, usaron el fuego sistemáticamente, se adornaban con plumas y elementos decorativos y enterraban a sus muertos. Desde España se demostró que los neandertales usaban palillos para calmar el dolor de la gingivitis, quizás uno de los casos más antiguos de aplicación médica del que se tiene noticia.

Herramientas atribuidas a los Neandertales

El estudio lo firmó el Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Sociales (Iphes) en colaboración con la Universitat Autònoma de Bellaterra (UAB) en 2013/2014. No es nuevo: los Homo Habilis ya se limpiaban los restos de comida de entre los dientes hace 1,6 millones de años, pero es la primera vez que se hacían palillos con un objetivo médico claro. La prueba es que el fósil estudiado (entre 150.000 y 50.000 años) presentaba porosidad ósea en los maxilares, con dentadura desgastada pero sin caries. En el hueso se aprecian surcos de contacto entre dos dientes provocados por palillos, una prueba de que eran usados. Por otro lado, investigadores del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig, Alemania, y la Universidad de Leiden, en Países Bajos, han documentado el descubrimiento de herramientas de hueso talladas por los neandertales en dos yacimientos del sur de Francia que no fueron ocupadas por humanos a posteriori. Su similitud con las herramientas de los Sapiens hace pensar que hubo transvase de tecnología o cierto grado de copia. Se trata de pulidores de cuero hechos de hueso, creados para frotar la piel de los animales y así dejar un cuero suave y resistente al agua. Muy semejantes, por cierto, a los que todavía usan los pocos artesanos del cuero que quedan en Europa. Y esta habilidad se trasladó a muchos otros aspectos de la vida cotidiana, desde la caza a la ornamentación.

El estudio apunta a la posibilidad de que antes de su desaparición paulatina (pero acelerada para lo que es la evolución de las especies) pudieran haber alcanzado un alto grado de desarrollo y hubieran incluso alcanzado a los Sapiens en tecnología. O bien los neandertales copiaron a los Sapiens. Los investigadores del Instituto Max Planck sugieren que, quizás, fueran los evolucionados humanos los que copiaran a los neandertales, en un caso flagrante de robo y posterior estigmatización del vencido. Todavía no está claro quién copió a quién. En el yacimiento catalán de Abric Romaní, un refugio neandertal de 60.000 años de antigüedad, se descubrieron pieles curtidas para cubrir el suelo, para posteriormente recubrir con limo y arenilla que hiciera de suelo firme sobre el que hacer hogueras o asentarse; posteriormente, para limpiar el refugio, simplemente recogían las pieles y sacaban “la basura”; y posteriores estudios sistemáticos en otros yacimientos han descubierto una incipiente artesanía de la piedra que superaba, en ocasiones, a la de los Sapiens. Los neandertales tenían una industria lítica, que se conoce como cultura Musteriense, que consistía en obtener una o varias lascas de forma predeterminada a partir de una preparación particular del núcleo del sílex. Estas técnicas luego evolucionarían hacia el modelo Sapiens, caracterizado por una mayor sofisticación pero menor resistencia y durabilidad. Este paralelismo no explica si hubo copia, transvase o robo tecnológico. Una cosa sí está clara: ni eran idiotas ni tan tontos como popularmente nos han dicho.