La sonda Cassini ha enviado más datos sobre Titán que sugieren que la capa de hielo que recubre esta luna de Saturno es rígida y que sus montañas son “hielo puro”.
La incesante búsqueda de agua, vital para casi cualquier forma de vida conocida, no cesa en el Sistema Solar. Siempre con la vista puesta en dos cosas: encontrar fuera de la Tierra formas de vida, aunque sean bacterianas, y localizar lugares donde el ser humano pudiera llegar a colonizar. En la zona del sistema de Saturno y sus lunas, Titán es de las que más promete gracias a sus enormes vetas de hielo. La sonda de la NASA ha recogido datos topográficos que sugieren que las pocas elevaciones del terreno de superficie se deben a grandes bloques de hilo puro que se hundirían en el océano inferior. El estudio fue publicado en la revista Nature por los responsables de la NASA.
Los científicos del grupo de la Universidad de California asociados a la agencia detectaron que las extrañas variaciones de gravedad detectadas en las montañas apuntan a explicaciones diferentes. Sobre cualquier elevación del terreno suele registrarse mayor influencia gravitatoria por tener una mayor masa, sin embargo en Titán es justo al contrario. La explicación posible según el estudio es que cada elevación de la topografía de la superficie de Titán está compensada por una ‘raíz’ profunda lo suficientemente grande como para compensar el efecto gravitacional de la protuberancia.
Representaciones artística de cómo sería la superficie de Titán
Esa raíz de hielo endurecido sería el equivalente a un iceberg, con la mayor parte de su masa total dentro del océano que se cree existe entre la superficie congelada y el núcleo de roca y hielo compactado hasta presiones inmensas que son el corazón de la luna. Esta masa inferior aportaría menor densidad que si ese espacio estuviera ocupado por agua y además ejercería una fuerza hacia arriba que podría explicar la menor gravedad detectada por la sonda.
La raíz empujaría hacia arriba con tanta fuerza como para alterar incluso la gravedad de la superficie. Es una explicación que funciona y los astrónomos la toman como una explicación plausible con consecuencias: de manera indirecta confirmaría la existencia de ese océano helado que podría ser el caldo de cultivo perfecto para la vida.
Otra consecuencia es menos positiva, por lo que tiene de cortapisa para la aplicación a Titán de la lógica de placas tectónicas: al existir una capa de hielo tan dura y fuerte sería complicado un volcanismo activo que explicaría parte de lo que la sonda Cassini ha observado de Titán, por lo que habría que buscar otras explicaciones. Y si no hay volcanismo apenas hay tectónica de placas (la placa de hielo sería casi eterna, sin reciclaje de ninguna forma desde abajo o por movimientos) y por lo tanto hay que buscar nuevas teorías sobre la esquiva luna saturniana.
Representación por ordenador de la sonda lanzada sobre la superficie de Titán
Titán, la gran bola de hielo e hidrocarburos
Es la segunda luna más grande del Sistema Solar después de Ganímedes, que orbita a Júpiter. En 2005 se obtuvieron muchos datos gracias a que la sonda Cassini-Huygens se lanzó a la superficie. Posee una atmósfera lo suficientemente grande como para no disolverse o escaparse hacia el espacio por la falta de gravedad, compuesta principalmente por nitrógeno y un 6% de metano e hidrocarburos, lo que la convierte, salvando las distancias, en el pozo petrolífero más grande de todo el Sistema. Popularmente es definida como una gran bola de hielo, roca e hidrocarburos.
Tiene una baja densidad (1,9 gramos por cm cúbico) debido a la gran concentración de hielo que conforma toda su estructura. Se cree que el núcleo es una bola de unos 3.000 km de diámetro rodeada de un gran océano de agua a bajas temperaturas y gran presión de unos 100 km de profundidad, cubierto por completo por una capa de superficie de hielo de varios km de grosor. También se especula con que podría haber otro océano intermedio de hidrocarburos.