¿Qué pasa si cruzas el ‘Sandman’ de Neil Gaiman con la violencia sucia del western? Pues aparece ‘Bella muerte’, la saga en dos volúmenes que fusiona el mundo de lo divino y mágico con la violencia, creada por Emma Ríos (en el dibujo) y Kelly Sue DeConnick en el guión.
IMÁGENES: Astiberri
Astiberri publicó en diciembre el segundo volumen de ‘Bella Muerte’, que vio la luz en 2014 y dio a conocer al mundo el talento de Emma Ríos. Ella y Kelly Sue DeConnick reunieron una suerte de realismo mágico con el western crepuscular y dieron al mundo una historia de maternidad a cara de perro, humano y divino. Las mujeres son el eje central creador y destructor, una serie gráfica que deja tiritando al resto de lo que se puede encontrar por su intrínseca guerra entre las Parcas que tejen el destino, el amor y la virulencia humana. Lo que arranca como un western se distorsiona como si retorcieran una cuerda hasta crear algo nuevo dominado por un universo onírico que va más allá de la lógica. La primera entrega superó los 57.000 ejemplares, agotaron la tirada y se dieron cuenta de que habían creado una nueva línea argumental.
El origen está en los “cantares de ciego” que Emma Ríos le contó a Kelly DeConnick, y que ella aprovechó para recrear a través de dos mendigos que llegan a un pueblo del Salvaje Oeste para contar una historia muy particular. La del amor de Albañil por Bella, de cómo se casaron y muy pronto los celos dominaron a Albañil, que hace honor a su nombre y construye una torre para encerrar a su esposa, que se “marchita y muere” en la oscuridad. La Muerte va a buscarla, pero se enamora de Bella y la deja embarazada para que siga en el mundo. No obstante, Bella fallece y Muerte decide rescatar a la niña, a su hija, a la que cría a mitad de camino entre el mundo de los vivos y los muertos. La convierte en Ginny, una vengadora de los inocentes y que hace realidad la frase bíblica de “No habrá paz para los malvados”.
Pero es sólo el principio. En ese mismo primer volumen volvemos al principio: a los dos mendigos. Uno de ellos es en realidad ella, Sissy, una niña que viaja por el Oeste con el otro vagabundo. Todo va bien hasta que la chica roba un documento a la persona equivocada, la misma que hará que los persigan un grupo de pistoleros que siembran la muerte por donde pasan y liderados por Alice, la líder del grupo y a la que todos temen. A Sissy también la persigue Ginny, pero con un objetivo diferente. Dos fuerzas hiperviolentas, la hija de la Muerte, y un grupo de asesinos, dos Parcas que se unen en un mundo entre la magia y la realidad sucia que parece sacada de las películas de Sergio Leone.
En el segundo volumen (‘Bella Muerte 2: El Oso’, publicada en diciembre) el escenario pasa del Oeste a las trincheras de la Primera Guerra Mundial, a los bordes sangrientos del frente francés. De nuevo Ginny y Alice, las Parcas, son las figuras centrales, dominadas por el miedo, al pasado y a la Guerra con mayúscula. Otras vez la lucha, pero en esta ocasión con un trasfondo diferente, el de la hija de una pobre mujer agonizante que sólo desea una cosa, poder ver a su hijo volver de la guerra. La hija pactará con las Parcas aplazar la muerte para despedirse de su vástago. Ginny viaja al infierno militar para poder rescatar al soldado, pero frente a ellas estará una tercera Parca, la de la Guerra, que no va a dejar escapar alma alguna de sus trincheras.
La saga continúa, y al mismo tiempo que ve la luz en España tanto Ríos como De Connick preparan ya el tercer volumen de la saga ‘Bella Muerte’, que llevará a las Parcas hasta la California de los años 20 en otro salto temporal. El personaje de Ginny es como un ariete: no está sujeta al plano lógico humano, sino que salta de uno a otro en el tiempo. Viajará al Hollywood de los primeros tiempos, cuando la industria del cine nacía y se preparaba la nueva realidad que hoy consideramos parte intrínseca de nuestras vidas.
Emma Ríos y De Connick, dos mujeres y un destino
Emma Ríos (Vilagarcía de Arousa, 1976) es una autora que se forma a medio camino entre la arquitectura y la autoedición hasta que consigue dedicarse profesionalmente a la historieta en 2007. Ha realizado trabajos de encargo para varias editoriales americanas, destacando Marvel, donde trabajó cuatro años para regresar al cómic de autor en 2014 con ‘Bella Muerte’ (Image Comics), por el que es nominada en dos categorías de los premios Eisner ese mismo año: como mejor portadista y artista de interiores. También ha publicado ‘I.D.’ (Astiberri, 2016) como autora completa, coedita la revista ‘Island’ con Brandon Graham y ‘Mirror’ con Hwei Lim.
Kelly Sue DeConnick (Ohio, 1970) lleva algo más de una década trabajando en la industria del cómic estadounidense como guionista, editora y adaptadora de manga al inglés. Es conocida por su miniserie ‘Osborn: Evil Incarcerated’, su primera colaboración con Emma Ríos, ‘Capitana Marvel’ y ‘Vengadores, uníos’ para Marvel, y ‘Ghost’, para Dark Horse. Vive en Portland (Oregón) con su marido, el también guionista Matt Fraction, y sus dos hijos.