La fotógrafa estadounidense Annie Leibovitz, una de las grandes firmas de la fotografía, se ha llevado el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades.
Annie Leibovitz, famosa por ser la fotógrafa de cabecera de Hollywood y de las grandes revistas de moda desde hace décadas, ya tiene otro premio más para acumular a su larga carrera, donde la calidad ha ido pareja a la fama que se ha ganado por su trabajo y su vida. Leibovitz ha tocado todas las ramas posibles para ser un icono: amiga de actores y actrices, compañera sentimental de Susan Sontag durante años, dominante y reflexiva, y estrella en sí misma. La consideran la fotógrafa más famosa viva, y dejó su poso en agencias fundacionales del negocio como Magnum (a la que se impuso en la votación final), además de trabajar con asiduidad para la revista Rolling Stone. Leibovitz tiene un currículum increíble: ha estado y ha hecho lo que debe para ser un mito.
A lo largo de su carrera ha retratado a mitos como Mick Jagger, Michael Jackson, Bob Dylan o Bruce Springsteen, para los que realizó algunas de sus portadas más emblemáticas. De la música saltó al cine y también a la TV, donde también ha hecho trabajos de encargo. Su trabajo se caracteriza por una sofisticada puesta en escena, así como por una estudiada iluminación que dota a sus fotos de una ambientación característica. Salta del blanco y negro al color sin problemas, y nada es improvisado. Sólo sus fotografías familiares, incluyendo la agonía de Susan Sontag, su familia o sus tours con los Rolling Stones parecen improvisadas: el resto es producto de esa corriente llamada fotografía teatralizada, de la que es una auténtica maestra. Cada detalle está cuidado al milímetro y, en cierta forma, le resta espontaneidad.
Nacida en Waterbury (Connecticut, EEUU) el 2 de octubre de 1949, Anna-Lou, “Annie”, Leibovitz estudió pintura en el Instituto de Arte de San Francisco al tiempo que acudía a clases vespertinas de fotografía. En 1970, siendo muy joven y antes de terminar sus estudios, empezó a trabajar en la revista Rolling Stone, de la que tres años más tarde sería jefa de fotografía. Eran otros tiempos, la revista despuntaba y era la vara de medir el mundo de la música, y ella era una pionera, por ser mujer, por su forma de trabajar y por su ambición.
En 1983, cuando sus fotografías ya habían ilustrado 142 portadas y había cubierto la guerra del Líbano, dejó esta publicación para unirse al lanzamiento editorial de la nueva Vanity Fair, y desde 1998 también trabaja para Vogue. Se centró en el retrato y en esa variante escenificada de la fotografía, hasta ser un referente cultural en EEUU. Las fotografías de Leibovitz han protagonizado exposiciones en museos y galerías de todo el mundo, incluyendo la National Portrait Gallery del Instituto Smithsonian de Washington, donde fue la primera mujer y el segundo fotógrafo vivo en exponer.
El Premio de Comunicación y Humanidades, al que optaban 18 candidaturas de once nacionalidades, es el tercero de los Premios Príncipe de Asturias en fallarse este año, tras los galardones de las Artes y de las Ciencias Sociales concedidos al director de cine Michael Haneke y a la socióloga holandesa Saskia Sassen. En los cinco años anteriores, este galardón ha recaído en el buscador Google (2008), la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), los sociólogos Alain Touraine y Zygmunt Bauman, The Royal Society, y el creador de videojuegos japonés Shigeru Miyamoto, que lo obtuvo el pasado año.
Angelina Jolie, Penélope Cruz y Woody Allen, objetivo de Leibovitz
Cate Blanchett
Johnny Depp