El remake femenino de ‘Ghostbusters’, estrenado este viernes, y el proyecto en marcha de hacer un ‘Ocean’s Eleven’ sólo con mujeres muestra los problemas de Hollywood, y de buena parte del público, por cubrir la brecha de desigualdad de género que todavía existe. Y no son los únicos proyectos, hay muchos más.

Hollywood sigue manteniéndose como una cima de hombres blancos. Si no quedo claro por las protestas continuas de los actores afroamericanos y latinos en las dos últimas galas de los Oscar, se añadió la tormenta sobre el diferencial de sueldos entre actores y actrices, con la ya célebre entrevista y carta-protesta de Jennifer Lawrence, o las puyas de Meryl Streep. Especialmente dolorosa porque hablamos de la mitad de la Humanidad y sobre todo porque cuando se revelaron y compararon los precios, así como las técnicas de negociación de los contratos, quedó bastante claro que las mujeres son cosificadas y utilizadas como muñecas. Pero eso se puede combatir. Por ejemplo atreviéndose a hacer el remake de ‘Cazafantasmas’ sólo con mujeres, o planear otro todavía más ambicioso, el de ‘Ocean’s Eleven’ también de reparto completo de féminas, pero más limitado y con un elenco que, entre otras, cuenta con Cate Blanchett o Rihanna para una serie de películas donde los reyes eran George Clooney, Brad Pitt y Matt Damon.

Elija usted un clásico de los 80, un filme legendario y muy emotivo para una generación entera. Vuelva a hacerlo pero sólo con mujeres, como un guiño al siglo XXI y cierta corrección, darle una oportunidad al mismo argumento pero cambiando el sexo de los protagonistas. Y ahora lidie, si puede, con la oleada de machismo y misoginia de internet, una selva donde ser mujer es profesión de riesgo, especialmente en esa cacofonía de amargura y odio que son las redes sociales. El proyecto fue vapuleado en las redes desde el principio a pesar del enorme apoyo que recibió de los estudios, de la industria y de Dan Aykroyd, uno de los protagonistas más visibles del filme original y que llevaba dos décadas intentando resucitarla.

Paul Feig asumió el encargo de Sony de relanzarla, y lo hizo eligiendo a cuatro actrices y humoristas que son, quizás de las mejores del momento: Melissa McCarthy, Kriste Wiig, Leslie Jones y Kate MaKinnon. Cuatro apuestas seguras para la taquilla: McCarthy ya vuela sola y genera dividendos en todo lo que hace, y las otras tres son criaturas del Saturday Night Live, esa cantera sin fin de comediantes que hacen leyenda. Cuatro mujeres, y una de ellas, Jones, afroamericana. Ellas interpretan a la física cuántica Erin Gilbert (Kristen Wiig) y su compañera Abby Yates (Melissa McCarthy) se verán acompañadas por la ingeniera Jillian Holtzman (Kate McKinnon) y Patty Tolan (Leslie Jones), una taquillera del metro que conoce Nueva York como la palma de su mano.

Y para rematar contaban con Chris Hemsworth (es decir, el Thor de Marvel) como secundario de lujo, haciendo las veces de atractivo, musculado pero atontado secretario de la empresa dedicada a cazar fantasmas. Si a alguien le quedaban dudas de la vena cómica del Thor australiano ya las zanjó con esta película. Todo preparado, empaquetado y con un lacito: iban a resucitar y rehacer (remake en el vocabulario televisivo) un mito de la comedia, una película que tuvo una mala segunda parte pero que es de culto para mucha gente. Era uno de los proyectos más esperados del año por Hollywood, pero que ya desde el arranque tuvo un problema muy serio: esa bruma aterradora de gente anónima (o no tanto, pero sí sin ética) que pulula por la red y que sólo reacciona de dos formas, amando hasta el fanatismo absurdo u odiando hasta el fascismo virtual más evidente.

El primer trailer tiene el triste récord de ser el vídeo con menos “Me gusta” en la historia de Youtube, y el que más comentarios negativos acumuló. Un buen ejemplo de cómo la tiranía de internet es una realidad, especialmente si las majors no hacen nada para evitarlo. Los ataques fueron tan fuertes que tanto Feig como el reparto tuvieron que reaccionar en el mundo real para poder pararlo. Leslie Jones, además, tuvo que abandonar temporalmente Twitter (responsable, por omisión, de este tipo de sucesos) porque en ella se unieron la misoginia con el racismo. Hasta el rey de los prejuicios, Donald Trump, se sumó al coro negativo. Además las críticas más serias no dieron un “sí” durante su estreno en EEUU: tibia es la palabra perfecta. Un “sí pero no” que lastró a la película y que, aunque superó con creces la inversión, y quizás tenga secuelas, ha dejado tocado todo el proyecto.

Independientemente de la calidad, o no, de la película, fue machacada antes de tener capacidad de vivir por sí misma. Este suceso tan desagradable, que ha dejado marcadas a las actrices, no en lo profesional pero sí en lo personal (muchas han declarado haberse sentido muy mal durante semanas por el ruido mediático). Quizás la persistencia de Sony sea la cura: Rory Bruer, ejecutivo de Sony, confirmó que habría secuelas, pero en los últimos días no está tan claro. En el estudio lo van a dejar en la nevera, pero con Hollywood nunca se sabe. Lo que sí ha despegado son las ventas de muñecos de la compañía Mattel sobre la película. Y quizás el dinero en el bolsillo sea, por desgracia, el mejor antídoto para la mayor operación de odio digital nunca vista.

‘Ocean’s Eight’, pero sin Clooney ni Pitt

En el otro extremo está el otro remake de género que podría correr la misma suerte. O puede que no, porque ya hablamos de mujeres que son pesos pesados de la industria y porque, a fin de cuentas, ‘Ghostbusters’ ya se ha llevado todas las tortas posibles, así que quizás la sociedad en general ya vaya escarmentada con este nuevo remake de ‘Ocean’s Eleven’ (remake a su vez del filme de Frank Sinatra y el resto de “amigos” crápulas de Las Vegas) que en la nueva versión será ‘Ocean’s Eight’. Ya no estarán George Clooney, Brad Pitt, Matt Damon o Andy García, sino Cate Blanchett, Sandra Bullock (ella haría las veces de Clooney, Blanchett de Pitt) y otras más.

No se trataría de rehacer igual: de hecho los personajes de las ladronas cambiarían respecto a los del filme original. Lo que sí permanece es el robo (en este caso de un collar) y la compleja trampa que le van a tender a un galerista. Tan pegados van ambos proyectos que el director será Gary Ross, colaborador e íntimo de Steven Soderberth, que dirigió las películas originales, y que escribirá el guión junto con Olivia Milch. El reparto se completaría con Helena Bonham Carter, Mindy Kaling, Awkwafina (la rapera Nora Lun), Anne Hathaway y Rihanna, estas dos últimas todavía en negociaciones para un rodaje que comenzaría como muy tarde este invierno.

Quedaría todavía una plaza por cubrir y se especula que podrían ser Jennifer Lawrence o Elizabeth Banks. Si la primera finalmente entra en el elenco (ya trabajó con Ross en ‘Los Juegos del Hambre’) sería una de las mayores reuniones de actrices en mucho tiempo. La pregunta es si se atreverá la bruma misógina a cargar sobre las que son, de largo, las actrices con más tirón mediático del mundo. Porque parece que toma forma y cuerpo la posibilidad de que la industria, ante la exhibición impúdica de falta de diversidad y de misoginia latente que ha demostrado durante años, opte por crear productos cada vez más enfocados al público femenino, o bien hacia el masculino pero con la presencia masiva de mujeres. Y no es algo que sólo ocupe tiempo en el cine.

En la industria del cómic también ha germinado la idea de dar golpes de timón, pero ellos ya llevan muchos años en es arte de cambiarlo todo para seguir generando dividendos. Thor será una mujer en las nuevas series de cómic de Marvel, y Ironman dejará de ser el sarcástico Stark para convertirse en Riri Williams, una chica superdotada, afroamericana además. Estos cambios se unen también a los nuevos y diferentes roles que han asumido muchas producciones en cine y televisión, donde las mujeres ya no son personajes indefensos o subordinados a los hombres, en las que es cada vez más común verlas a ellas asumir nuevas capacidades que hasta ahora eran más propias de héroes masculinos y viriles al uso.

Un buen ejemplo fue ‘Gravity’, donde Sandra Bullock asumía todo el peso de la acción, con las debilidades humanas a flor de piel, pero también la iniciativa, resistencia y fuerza que se presupone en un hombre. Roles parecidos para las futuras películas de ‘Wonder Woman’ (con Gal Gadot) o ‘Captain Marvel’, que en realidad será una mujer, Brie Larsson. La oscarizada actriz tendrá una doble responsabilidad: dar vida a un personaje nunca visto hasta ahora en la franquicia cinematográfica de la compañía Marvel y, además, ser la primera superheroína femenina de la marca con una película propia. Igualmente ‘Wonder Woman’ ha sido tomada muy en serio por Warner Bros y DC Comics, que quieren sentar las bases de las heroínas de género con todo un clásico que ya fuera llevado a la televisión cargándolo de curvas. Aquí la adaptación pondrá más el énfasis en la mujer, sin renunciar a la consabida sensación de que todas las películas sobre cómics y héroes se parecen: tortas, acción, efectos y unas cuantas frases lapidarias.

Sin acción de por medio destaca un cambio sutil que se ha dado en la comedia de más éxito en televisión, ‘Big Bang Theory’, donde se rompen varios tabúes. Primero el del dinero: los tres personajes femeninos cobran más que sus compañeros masculinos en la ficción, científicos como ellos pero con menos poder económico, y eso ha dado para muchos chistes y bromas sobre quién manda en la relación. Igualmente el hecho de que ellas sean profesionales igual de competentes, o más, que ellos, también demuestra hasta qué punto el cambio empieza a ser más evidente. Porque hasta hace más bien poco la perspectiva era muy diferente: ellos dominaban. Pero eso quizás ya sea pasado.

Brie Larson será la Capitana Marvel, y Gal Gadot (abajo) será Wonder Woman en un filme en solitario