Llega a España ‘Rey Arturo, la leyenda de la espada’, la nueva versión del mito artúrico salido de la cabeza de Guy Ritchie, que intenta así repetir fórmula de revisión moderna de una leyenda literaria, como ya hiciera con Sherlock Holmes.

Ha sido uno de los mayores desastres de taquilla de este verano, a la altura de la adaptación al cine de la serie ‘Los vigilantes de la playa’ o de ‘Valerian’ en EEUU. Pero una cosa es EEUU y otra España, o el resto del mundo. La cuestión es que la esperada revisión del Ciclo Artúrico a manos de Guy Ritchie se ha estrenado en nuestro país con muy malas vibraciones llegadas desde el otro lado del Atlántico, y sobre todo dos sensaciones: el Rey Arturo es de largo uno de los personajes más manoseados, adaptados, revisados y relanzados de la Historia del Cine y la TV, y que Ritchie ha perdido la chispa. Sobre todo si hacemos caso a los críticos, que se han puesto de acuerdo en todo el mundo (cuando el río suena…) para vapulearla; pero, como siempre, serán los espectadores los que hagan justicia o no.

Quizás con el tiempo pueda ser película de culto. O simplemente una demostración de que Guy Ritchie pierde el legendario toque de macarra inglés que le hizo grande en el pasado, y que hoy, después de mil vueltas vitales (incluyendo un matrimonio con Madonna que casi le destruye como director de cine), parece haberle abandonado. Vamos a resumir la base argumental de un tema que ya tiene tantas versiones en pantalla, teatro, cómic, televisión o videojuegos que podría ser un género en sí mismo: Arturo es un joven intrépido que dirige a su pandilla por los callejones de Londonium. Tras sacar la espada de Excalibur, se verá obligado a tomar algunas duras decisiones. Junto a una misteriosa mujer llamada Guinevere, deberá aprender a manejar la espada, vencer a sus demonios y unir al pueblo para derrotar al tirano Vortigern, quien robó su corona y asesinó a sus padres antes de convertirse en rey.

A grandes rasgos es la misma historia de siempre: un heredero desconocido, una espada mágica clavada en una roca, un rey tirano al que derrocar, una mujer que le ayuda, magia y la promesa de un gobierno más justo y libre. El reparto del filme cuenta también con Eric Bana, Astrid Bergès-Frisbey, Annabelle Wallis, Djimon Hounsou, Aidan Gillen y… David Beckham. El guión lo firma Joby Harold y con la producción de Akiva Goldsman, desarrollador, entre otros filmes de éxito, ‘Sr. y Sra. Smith’, la saga ‘Paranormal activity’ o ‘Soy leyenda’, con Will Smith. Warner Bros entregó al director más gamberro salido de Reino Unido en décadas el control del proyecto sobre el Rey Arturo después de ver su trabajo con las dos entregas de Sherlock Holmes, especialmente la primera.

Y también con ‘Snatch, cerdos y diamantes’ en la memoria. Tenían la esperanza de que hiciera por Arturo lo que ya lograra con Sherlock Holmes, o mejor incluso, crear un modelo más moderno, actual (incluyendo todo tipo de incoherencias históricas) e incluso desvirtuado y canallesco del mito. Un tipo capaz de reinventar como un Tarantino inglés el lenguaje y hacer pequeñas muestras de orfebrería, con historias cruzadas que lograran transformar al viejo Arturo Pendragón en un macarra londinense insertado en un mundo entre medieval y callejero. Guy Ritchie decidió transformar en un hijo de la calle, un matón, un sicario y un buscavidas a ese Arturo que desenvaina Excalibur de la roca, un acto que le da título en español: ‘Rey Arturo: La Leyenda de la Espada’. Lo que promete lo da: acción, carreras, mucho plano con la cámara al hombro, fantasía a raudales, peleas, esteticismo que parece sacado de la serie ‘Vikingos’.

Este nuevo Arturo tiene el rostro de Charlie Hunnam, al que muchos recordarán de la serie ‘Hijos de la Anarquía’. Es un Arturo de callejón, un superviviente, un tipo arisco que ha aprendido de la vida por el lado malo, el de los golpes, la soledad y la injusticia. En la nueva versión el gran enemigo es Vortigern (Jude Law), un tirano que asesinó a sus padres y robó su corona. Hasta ahí todo parece ir sobre los raíles comunes, hasta que finalmente le meten de lleno en la lucha por el trono entre unos y otros. Especialmente por esa espada que arranca de una roca, algo que nadie más podría hacer si no fuera el elegido de esa mitología de raíz celta que amasó lentamente el Ciclo Artúrico durante toda la Edad Media. Una mina de oro si se realiza con cierta consideración, pero toda una trampa si se desvirtúa la narración original para relanzarla a otro nivel. Algunos experimentos pueden salir mal.

Hollywood intenta exprimir un poco más un mito literario de muy difusa y lejana verosimilitud histórica (Arturo sería el Artorius histórico, supuesto líder de los bretones de Cornualles heredero parcialmente del legado de los britones romanos y que luchó contra las invasiones sajonas y afianzó su reino en la leyenda) y que ha dado para todo: cine clásico, series de televisión, cine de animación e incluso la primera película de los Monty Phyton, ‘The Holy Grail’. Entre medias hay maravillas como ‘Excalibur’ (1981), icónicas sesenteras como ‘Camelot’ (1967), variaciones clásicas como ‘El Príncipe Valiente’ (1954, a partir de novelas y cómics paralelos al Ciclo Artúrico) o la versión que hizo Disney, ‘Merlín el hechicero’ (1963), que dibujó para los niños una leyenda descomunal y fundacional, no sólo de Inglaterra, sino de la literatura europea.

Ficha de ‘Rey Arturo, la leyenda de la espada’:

Título original: King Arthur: Legend of the Sword. Año: 2017. Duración: 120 min. País: EEUU. Género: fantástico, acción. Director: Guy Ritchie. Guión: Joby Harold, Guy Ritchie, Lionel Wigram (Historia: David Dobkin, Joby Harold). Música: Daniel Pemberton. Fotografía: John Mathieson. Reparto: Charlie Hunnam, Astrid Bergès-Frisbey, Jude Law, Djimon Hounsou, Eric Bana, Aidan Gillen, Freddie Fox, Craig McGinlay, Tom Wu, Kingsley Ben-Adir, Neil Maskell, Annabelle Wallis, Zac Barker, Oliver Barker, Geoff Bell, Poppy Delevingne, Jacqui Ainsley, Bleu Landau, Georgina Campbell, Rob Knighton, David Beckham, Katie McGrath, Michael McElhatton, Mikael Persbrandt. Producción: Warner Bros / Village Roadshow Pictures / Weed Road Pictures.

Las mil caras del Rey Arturo

Ha habido muchos Arturo, desde el inicio del cine hasta nuestros días. Es todo un clásico, una leyenda literaria, cultural y cinematográfica, a medio camino entre la fantasía y la realidad que, sin duda, debió ser infinitamente más cruda, austera, sencilla y pobre que toda la mitología pseudopagana construida a posteriori por el romanticismo y el siglo XX. Camelot, la Tabla Redonda, sus famosos caballeros, el Santo Grial, Merlín, Morgana, etc… son muchos lugares míticos que muy pronto sobrepasaron las fronteras de Inglaterra. De hecho el que escribió el Ciclo Artúrico (los textos medievales que dieron base a la leyenda) fue un francés, Chretien de Troyes, un cronista que quizás pretendió crear un modelo perfecto y utópico de rey que los demás monarcas y nobles deberían haber imitado.

Lancelot, Gawain, Galahad, Perceval, Bors, Kay, todos son nombres surgidos de esas crónicas reunidas y escritas incluso después de su autor original, como es el caso de ‘Los hechos del Rey Arturo y sus Nobles Caballeros’, nada menos que de John Steinbeck. En la lista de adaptaciones hay piezas maestras como ‘Excalibur’ (1981, de John Boorman), la más lisérgica, ochentera y con más efectos de fotografía de todas las que se han hecho. Hasta el punto de que casi parecía una versión gótica de ‘Dune’. Sin embargo también fue una de las más fieles al texto original, que seguía los pasos de los textos con esa carga simbólica y casi de obra de teatro. No es la única: se han hecho otras catorce adaptaciones más en el cine (sin contar la de 2017), la más antigua de 1953 y una de las más recientes ‘La última legión’ (2007).

‘Excalibur’ (1981)

También, de este estilo, destaca ‘Camelot’ (1967, Joshua Logan), con Richard Harris interpretando a Arturo, y que curiosamente está basada en un musical previo, pero que se centra sobre todo en el romance de Ginebra con Lancelot, la traición literaria con la que tuvo que lidiar el rey, decepcionado con su mejor amigo, su amada y todo lo que había construido. Aquí también aparece su hermana bruja, Morgana, que, aprovechando la locura de amor de Arturo, acaba con él con la ayuda del hijo incestuoso de ambos, Mordred. Una de las más modernas es la que hizo Antoine Fucqua en 2004, ‘King Arthur’, que tiraba de la historia más verosímil (un oficial romano que se queda tras la caída de Roma y crea con los bretones y britorromanos un reino cristiano frente a los invasores sajones) para construir una película de acción muy poco creíble.

Mucho más alejada es la serie de TV británica ‘Merlín’ (2008-2012), basada en la leyenda, sí, pero donde Arturo es un compañero más del joven mago Merlín, verdadero personaje principal de toda la producción de Shine Limited para la BBC. Tuvo cinco temporadas, 65 episodios y un devenir más propio de la fantasía épica contemporánea que pegada al ciclo real, si bien su final es muy parecido al literario. En cambio todo tipo de historias poco parecidas a las de los textos se sucedieron para darle paso a todos esos capítulos. También para TV hubo telefilmes (‘Merlín’, 1998), la miniserie ‘Las brumas de Avalón’ (2001, TNT), y más reciente ‘Camelot’ (2011). En el campo de la animación merece la pena recordar la adaptación de 1963 de Disney, ‘Merlín el encantador’, la más antigua y que sentó las bases para otras adaptaciones, aunque luego hubiera nada menos que catorce más, muchas de ellas, por cierto, de animación japonesa.

Y los Monty Python también: ‘The Holy Grail’

Pero sin duda alguna la visión pythonesque es la más original de todas. Todo lo que se pueda decir de ‘The Holy Grail’ (1975), en España ‘Los Caballeros de la Tabla Cuadrada y sus locos seguidores’, ya está dicho: fue la piedra angular de la segunda vida, cinematográfica, de este grupo que sentó las bases del humor surrealista y posmoderno en nuestra época. Después de triunfar en la BBC, el grupo saltó al cine con varias películas, y ésta, parcialmente financiada por amigos y casi de incógnito, fue la primera gran demostración de genio en pantalla grande. La película fue una inversión mínima que consiguió una aplauso de la crítica y el fervor del público británico primero (que ya se habían acostumbrado a su humor en la BBC) y mundial después. Es un filme de culto que por muchos años que pasen ha conseguido mantener su esencia activa, quizás no tanto como la película tótem del grupo (‘La vida de Brian’).

Dirigida por Terry Gilliam (el único norteamericano del grupo) y Terry Jones y protagonizada por el segundo y por el resto de miembros del grupo, ‘Los caballeros de la mesa cuadrada’ relata las aventuras del Rey Arturo y de sus fieles caballeros en su búsqueda del Santo Grial, una misión que les ha sido encomendada por Dios en persona en una de sus más famosas encarnaciones, un viejo barbudo al estilo gráfico de los Python. Todo lo demás es un compendio satírico, surrealista, inteligente y mordaz del universo medieval, desde el Caballero Negro a las pruebas de Fe pasando por un pequeño número musical a la mejor broma de la Historia (dicen sus fans), la del Conejo de Troya.

‘Merlín el hechicero’, la versión Disney del mito