El cineasta francés Nabil Ayouch sale de Valladolid y de la Seminci en su 57ª edición como el gran ganador con ‘Los caballos de Dios’, un recorrido por el extremismo de una célula islamista.

‘Los caballos de Dios’ recorre el itinerario vital de cuatro jóvenes marroquíes que viven en Sidi Moumen, un poblado de chabolas conde se concentran cerca de 300.000 habitantes en los alrededores de Casablanca. El film recorre su vida desde su dura infancia hasta que deciden acabar con su vida convertidos en mártires del islam, en la cadena de atentados que tuvo lugar el 16 de mayo de 2003 y que se saldó con 45 muertos.

Polémicas aparte en el jurado de esta edición (la del mejicano Jorge Fons con la organización del festival por intentar incluir una mención para una película mejicana), fue la gran ganadora junto con más cine europeo, como el caso de ‘Hannah Arendt’, que se llevó la Espiga de Plata a la cineasta alemana Margarethe von Trotta. Con la primera de sus cuatro colaboraciones con la actriz Barbara Sukowa, ‘Las hermanas alemanas’, ya consiguió una Mención Especial del Jurado en Valladolid en 1981. En esta ocasión, ambas vuelven a unir sus fuerzas en este homenaje a la filósofa alemana de ascendencia judía Hannah Arendt, cuya base teórica invitaba a reflexionar sobre las raíces del mal.

También acordaron conceder el Premio Espacial del Jurado al largometraje ‘La Cinquième saison’, de los belgas Peter Brosens y Jessica Woodworth. La película también se alzó con el Premio de la Juventud y con el Premio Fipresci, ex aequo con La Lapidation de Saint Étienne’, de Pere Vilà Barceló, ya que, según el jurado, ambos films ofrecen “dos puntos de vista artísticos estrictamente opuestos, que sorprendentemente forman una especie de díptico y que muestran lo interno y lo externo del hombre”. El sexto largometraje del realizador francés Jacques Audiard, ‘De óxido y hueso’, con Marion Cotillard y Matthias Schoenaerts, se llevó los galardones al Mejor Guion, al Mejor Director y al Mejor Actor.

Marion Cotillard se quedó sin el galardón a la Mejor Actriz, que recayó ex aequo en dos jóvenes intérpretes sobre cuyos hombros recae todo el peso de sus respectivas películas: la norteamericana Elle Fanning, por su papel de adolescente a la deriva en ‘Ginger & Rosa’ (de Sally Potter), y la venezolana Greisy Mena, por su trabajo como prostituta que sueña con llegar a Estados Unidos para convertirse en cantante en ‘La vida precoz y breve de Sabina Rivas’ (de Luis Mandoki). El Premio Pilar Miró al Mejor Nuevo Director fue para la australiana Cate Shortland por ‘Lore’, su segundo largometraje de ficción. El galardón a la Mejor Fotografía fue para Giles Nuttgens por su labor en ‘Hijos de la medianoche’, un viaje intenso de tintes mágicos por la historia reciente de la India, que adapta a la gran pantalla el libro homónimo de Salman Rushdie.