El Brutalismo, un estilo tan característico como difícil de digerir, que toma su nombre tanto del tipo de cemento francés con el que empezó como del impacto que tiene en la visión del espectador. Todo ángulos, formas rotundas, sin miramientos ni suavidad, el estilo predilecto del mundo comunista pero que se propagó por toda Europa, América del Norte y Latinoamérica. Tan sutil como el directo de un boxeador, tan moderno en el siglo XX que ahora es pura afición vintage.