Esta vez no hablaremos de un sitio al que poder viajar realmente: aunque siguen ahí, ya nunca serán iguales. La barbarie y el fanatismo religioso los ha dañado o destruido para siempre, un crimen contra el pasado, el presente y el patrimonio de sirios y afganos y de toda la Humanidad. Viajamos a lo que fue y ya no será: las ruinas de Palmira y los antiguos Budas de Bamiyán.