Desde que la pionera compañía Punchdrunk revolucionara el mundo de la escena en el año 2000 con producciones alejadas de las salas de teatro, representadas en espacios sin butacas ni telón para eliminar la barrera invisible entre el espectador y la acción, el teatro de inmersión no ha parado de ganar adeptos entre el público anglosajón, especialmente en Londres y Nueva York. A la cartelera teatral de inmersión londinense se sumaba hace poco Sedos, una compañía amateur creada en 1905 por agentes del Stock Exchange londinense y que ha demostrado con creces a lo largo del tiempo su compromiso con las tablas.