Como el agua y el aceite, las dos caras de la misma industria norteamericana (EEUU y Canadá), como la cara y la cruz de la moneda, aunque cada uno deberá elegir cuál es cuál. A un lado un filme trágico y profundo como un dolor de muelas, candidato a los Oscar y con actores sobresalientes; al otro la última entrega de una saga demasiado larga y explotada, con Milla Jovovich pegando las últimas patadas a zombis.