Cada vez estamos más cerca de la “Singularidad”, ese momento en el que las máquinas piensen por sí mismas, instante que puede suponer el salto adelante más grande jamás visto por la Humanidad, o el inicio de un nuevo tipo de problemas entre lo biológico y lo mecánico. Andamos, como muchas otras veces, entre la esperanza y la paranoia a perder el control de nuestras creaciones.