‘Topografías’ (hasta el 25 de marzo) es una buena ocasión para conocer de primera mano la obra de esta fotógrafa de mirada inteligente y vida apasionante. Berenice Abbott (1898-1991) es una de las fotógrafas más importantes del siglo XX y ejerció como fotógrafa durante 6 décadas.
La muestra ‘Topografías’, compuesta por 82 fotografías y algunos materiales complementarios, nos acerca a las tres grandes etapas de la trayectoria de Berenice Abbott, que aborda de forma consecutiva, y que tienen su reflejo en las tres principales secciones en que se organiza la exposición, que ocupa las dos plantas de la sala Artegunea. Una cuarta sección, más pequeña que las demás, nos muestra el resultado de un viaje realizado en 1954 por Estados Unidos. La exposición puede recorrerse de manera cronológica, empezando por los retratos de las personas –y personajes– que formaron parte de su círculo intelectual, algunos de los cuales, también fotógrafos, la retrataron también a ella (Lotte Jacobi, Consuelo Kanaga, Man Ray o Walker Evans).
El conjunto más numeroso de imágenes es el de la sección ‘Changing New York’, que muestra fotografías de paisaje urbano en las que se recogen los cambios vividos en las décadas centrales del siglo XX el siglo en la ciudad de Nueva York. Además de por su carácter documental, de valor indudable, destacan sus propuestas técnicas en lo relativo al encuadre o al punto de vista, con perspectivas forzadas que ponen al espectador/a la espectadora en un punto clave para entender la importancia de lo que ve.
Se incluye igualmente una pequeña muestra de ocho fotografías realizadas por Abbott en 1954 en un viaje desde Maine a Florida por la Route One, un acercamiento a lugares diversos de Estados Unidos. Rerminamos con una sección que revela una faceta tan sorprendente y moderna como es la fotografía científica, con resultados francamente sorprendentes y de una gran belleza. Estas imágenes nos acercan a distintos fenómenos como el paso de la luz por un prisma, el movimiento de caída de las gotas de agua o de un péndulo, o la belleza plástica de un campo magnético o de la electricidad generada en un Van der Graaff.
Kutxa Kultur Artegunea
Plaza de las cigarreras, 1 – Tabakalera. Donostia / San Sebastián