El destino caprichoso quiso que los dos genios más célebres de la literatura universal vivieran en la misma época, separados por unos miles de kilómetros y con diecisiete años de diferencia en su nacimiento (por Antonino de Mora Taberner).
El destino caprichoso quiso que los dos genios más célebres de la literatura universal vivieran en la misma época, separados por unos miles de kilómetros y con diecisiete años de diferencia en su nacimiento (por Antonino de Mora Taberner).