Roscosmos no se rinde: el orgullo ruso en el terreno aeroespacial les empuja a intentar un nuevo asalto al mundo marciano, en este caso a uno de sus satélites, Fobos.
En 2011 la agencia rusa Roscosmos sufrió un mazazo considerable en la carrera por explorar Marte que mantiene con la NASA y la ESA, las agencias americana y europea respectivamente, a ratos socias científicas y comerciales (mantiene programas de lanzamiento e investigación con ambas) y a ratos competidoras por la conquista del espacio. El golpe fue el fracaso de la Phobos-Grunt, que se estrelló contra la Tierra cuando intentaba llegar hasta Fobos, uno de los dos asteroides atrapados en la gravedad marciana y que ejercen de improvisadas lunas del planeta rojo.
En la anterior misión a la luna marciana la agencia rusa invirtió cerca de 165 millones de dólares, pero un fallo en el cohete provocó que éste quedara varado en la atmósfera del planeta. Dos meses después el artefacto inició su descenso, descomposición y colisión: fue un duro golpe para la agencia, que veía comprometida de cara al público su competencia para seguir siendo el puente entre la Tierra y la Estación Espacial Internacional, para poner en órbita cualquier cosa por alquiler y para futuros programas.
Pero Roscosmos no se rinde y planea intentarlo de nuevo: enviará una segunda misión no tripulada hacia Fobos para 2020 o 2022; el objetivo, además de estudiar más profundamente este cuerpo celeste, es obtener nuevos datos acerca del nacimiento del Sistema Solar, del cual Fobos es un testigo directo. Su nombre es el gemelo de Deimos, el otro satélite, y debe su nombre a que eran los escuderos del dios de la guerra Ares (Marte en la mitología romana), y significan, literalmente, Miedo y Terror. A grandes rasgos es un asteroide con forma ovoidal capturado por la gravedad del planeta rojo en tiempos remotos y que puede contener material de la primera época de la creación del Sistema Solar, aunque los científicos aún no están seguros acerca de su origen.
Tres imágenes de Fobos; a la derecha se aprecia el enorme cráter Stinkey (FOTOS: ESA)
Fobos. Es la más grande de las dos lunas de Marte y la más cercana al planeta; la otra es Deimos. Ambas fueron descubiertas por el astrónomo norteamericano Asaph Hall (concretamente Fobos en 1877) desde el Observatorio de Washington. No tiene forma esférica, es un asteroide atrapado en una órbita cercana al planeta rojo y siempre presenta la misma cara a Marte debido a las fuerzas de marea que el planeta ejerce sobre su satélite. Actualmente está a 6.000 km de la superficie, en medida cósmica “un tiro de piedra”. Esta misma fuerza hace que Fobos se acerca paulatinamente hacia Marte, por lo que Fobos colisionará contra en el futuro: la horquilla de tiempo es de entre 50 y 100 millones de años. Otras teorías aseguran que no llegará a impactar (lo que provocaría un gran daño a Marte) sino que se desintegrará por la presión gravitatoria y se convertirá en un anillo de materiales.
Fobos es muy porosa y se sospecha que bajo sus capas superficiales podría albergar agua congelada. Las dimensiones del satélite son 27 × 22 × 18 km. Su forma es tremendamente irregular, alargada y con un inmenso cráter en un extremo, el Cráter Stikney, que conforma el mayor accidente geológico. Su irregularidad provoca distorsiones de la gravedad en su superficie, más de un 200% en algunas zonas, y la influencia de Marte no ayuda ya que la aumenta.
Logo e imagen de uno de los astronautas de Roscosmos (FOTO: Roscosmos)
Roscosmos. Es el nombre internacional de la Agencia Espacial Federal Rusa (FKA), y es la institución responsable de toda la investigación aeroespacial y aeronáutica rusa. Se formó tras la caída de la URSS (1991) y la consecuente disolución del programa soviético de exploración espacial, si bien Roscosmos usa su material heredado. Actualmente sus compromisos son varios: alimentar con sus módulos espaciales a la Estación Espacial Internacional, alquiler de los mismos a la NASA y la ESA si así lo solicitan, exploración por sondas no tripuladas y trabajo de investigación aeronáutico. En los últimos años Roscosmos ha explorado la explotación del turismo espacial a precio de oro (más de 30 millones de euros por pasajero) a través de Space Adventures. Es una de las grandes agencias espaciales y fundamental para el mantenimiento de programas tripulados gracias al módulo Soyuz.
Dibujo de la Phobos-Grunt que no pudo llegar hasta Marte y se estrelló contra la Tierra en 2011