Nueva carrera para los Oscar lanzada desde septiembre: ‘The Imitation Game’, biopic del matemático Alan Turing, se ha llevado el premio principal del Festival de Toronto.
‘The Imitation Game’, la película biográfica sobre el matemático británico que descifró códigos clave en la Segunda Guerra Mundial, Alan Turing, se alzó ayer con el gran premio en el Festival Internacional de Cine de Toronto. Al hacerlo abre el melón de la carrera por los Oscars y coloca a Benedict Cumberbatch, que ya ganó este verano un Emmy al Mejor Actor por su papel en la serie ‘Sherlock’, en la carrera hacia uno de los premios gordos de la industria.
El galardón, concedido por la audiencia y que en el pasado recayó sobre filmes ganadores del Oscar como ‘Slumdog Millionaire’ o ’12 años de esclavitud’, probablemente impulsará el recorrido comercial de la película y prepara el camino lanzando a un británico hacia el gran premio. Porque no se trata simplemente de otro biopic más sobre la Segunda Guerra Mundial, sino una película especial por el contenido, por el actor y por lo que significa Turing.
Este brillante matemático fue el responsable de una de las unidades de inteligencia pioneras, la de códigos, que enclaustrada en un edificio secreto en Inglaterra logró descifrar el código Enigma de los alemanes y que fue clave para poder vencerles, ya que se anticipaban a sus movimientos. Inteligencia contra fuerza bruta, pero que fue ignorada porque Turing tenía un defecto imperdonable para el poder británico y para una sociedad rancia como aquella: era homosexual. Turing fue olvidado y condenado al ostracismo, a curas psicológicas y condenado también por ser gay, con lo que su contribución casi pasó desapercibida.
Y no sólo fue clave: sus investigaciones con el código Enigma le llevaron a desarrollar máquinas nuevas que son considerados los primeros computadores de la Historia, por lo que Turing fue clave en nuestro mundo actual. Finalmente se suicidó con 41 años. La película sirve no sólo como reivindicación de Turing sino también como denuncia de una sociedad que traicionó a uno de los suyos y de los que más hicieron por vencer al fascismo. Cumberbatch aceptó de inmediato el encargo según dijo a los medios: “Fue un hombre extraordinario, desgraciada y extrañamente no fue conocido por sus grandes logros”.