El Thyssen-Bornemisza de Madrid dedica una exposición monográfica a Max Beckmann (Leipzig, 1884 – Nueva York, 1950), uno de los artistas alemanes más destacados del siglo XX y cuya vida retrata muy bien la deriva nacional alemana, del imperio decimonónico al desastre absoluto de dos guerras mundiales y el nazismo.

Imagen de portada: La noche (1918)

Beckmann empezó como un expresionista que lentamente transitó hacia un estilo personal, libre de movimientos, en el que mezclaba el realismo con el simbolismo, un testigo del mundo y la época que le tocó vivir, para bien o para mal. La exposición se presentará posteriormente en la sede de CaixaForum en Barcelona, del 20 de febrero al 28 de mayo de 2019. La muestra (hasta el 27 de enero), comisariada por Tomàs Llorens, reúne más de medio centenar de obras, entre pinturas, litografías y esculturas, con una organización en dos áreas temáticas.

La primera cubre su vida personal, arranca su obra inicial antes de la Primera Guerra Mundial, cuando Beckmann ya tiene un nombre en el mundo del arte, y los años de Entreguerras, antes de la llegada del nazismo. Son tiempos de derrumbe absoluto, de libertad y posibilidades, con el viejo orden hecho trizas y la sociedad de masas convulsionando entre la derrota, el conflicto social, el comunismo y el fascismo. En los años 30 es expulsado de la escuela de arte de Frankfurt y se le prohíbe exponer en público. El fascismo le había señalado, y él huyó.

La segunda parte es más extensa y abarca el exilio que da título a la exposición, primero en Ámsterdam y luego en EEUU. Aquí la muestra elige cuatro metáforas para explicar esta etapa, la vida del artista y la de muchos otros como él: ‘Máscaras’, centrada en la pérdida de identidad que se asocia con la circunstancia del exiliado; ‘Babiloniaeléctrica’, sobre el vértigo de la ciudad moderna como capital del exilio; ‘El largo adiós’, que plantea la equivalencia entre exilio y muerte, y ‘El mar’, metáfora del infinito, su seducción y su extrañamiento.

Autorretrato con vino espumoso (1919) 

Autorretrato con la mano levantada (Beckmann)