Con motivo de la exposición ‘Caravaggio y los pintores del norte’ en el Thyssen-Bornemisza, el dibujante Álvaro Ortiz ha creado un cómic en torno a la figura del célebre pintor italiano y su influencia en el círculo de pintores del norte de Europa que, fascinados por su obra, difundieron su estilo.

Álvaro Ortiz, el autor de ‘Cenizas’ (Astiberri, 2012), ‘Murderabilia’ (Astiberri, 2014) y ‘Rituales’ (Astiberri, 2015), se apropia del hilo conductor de la exposición del Museo Thyssen-Bornemisza en clave de humor para dar vida a Gerard van Honthorst y Dirck van Baburen, dos de los muchos pintores holandeses que a principios del siglo XVII dejaron su país para instalarse en Roma, epicentro del mundo del arte en aquella época. Ambos pintores acuerdan tomarse unos días libres para viajar a Nápoles con la excusa de ver los retablos que pintase durante su estancia en la ciudad otro artista, su admirado Michelangelo Merisi, conocido como Caravaggio, fallecido unos años antes. En realidad, ver los retablos sólo es una excusa, ya que Van Honthorst le ha ocultado a su amigo el verdadero objetivo del viaje.

Álvaro Ortiz ya había plasmado anteriormente en cómic la figura de Caravaggio en su novela gráfica ‘Rituales’ (Astiberri, 2015), que estuvo nominada a mejor obra de autor español en la pasada edición del Salón del Cómic de Barcelona. En uno de los capítulos, el protagonista está realizando una biografía en cómic de Caravaggio y viaja a Malta, la isla donde el pintor se exilió tras haber cometido un asesinato, lo que permite a Ortiz desgranar leyendas urbanas sobre el artista lombardo, además de añadir elementos fantásticos y mucho humor. ‘Dos holandeses en Nápoles’ (28 páginas, 10 euros) da continuación a este capítulo de ‘Rituales’ dedicado a la agitada vida de Caravaggio.

Ortiz aprovecha así una exposición y hace coincidir con ella esta obra que le devuelve a la senda de Caravaggio (1571-1610), que curiosamente tendría una influencia enorme en Holanda, Flandes y Francia gracias a pintores como Dirck van Baburen, Gerard van Honthorst, Hendrick ter Brugghen, David de Haen, Nicolas Régnier, Louis Finson o Simon Vouet, Claude Vignon, Nicolas Tournier y Valentin de Boulogne. La exposición también versa sobre ellos y su capacidad para absorber los juegos de luces y sombras.