No hay peor pesadilla que encontrarse en la realidad un ejemplo existente que desafía tus teorías sobre cómo se organiza esa misma realidad. A los astrónomos españoles del telescopio de Calar Alto (Almería) les ha pasado: en GJ 3512 han descubierto un planeta gigante gaseoso alrededor de una estrella enana que, según lo sabido hasta ahora, no debería existir. Publicado en Science.
El instrumento acoplado al telescopio almeriense se llama Carmenes, y desde su posición forma parte de la red mundial de ojos terrestres que cartografían el espacio cercano, especialmente las estrellas más cercanas al Sol. Realizan una tarea de hormigas fundamental: un mapa estelar del “barrio” destinado a conocer mejor cuántos exoplanetas existen, las condiciones de esas estrellas, si tienen sistemas planetarios o no. A partir de ahí realizan seguimientos concretos, una estrella tras otra, con especial atención a las enanas rojas, las más comunes y donde es más fácil encontrar exoplanetas, el codiciado tesoro moderno de todo astrónomo. Estas estrellas son más pequeñas, más tenues, brillan mucho menos pero tienen una vida muchísimo más larga que las del tipo del Sol. Son un auténtico “caladero” (si vale esa expresión) de exoplanetas: hasta ahora se han encontrado incluso planetas rocosos de tamaños parecidos a la Tierra donde podría haber agua y por lo tanto vida.
Con la fiebre por los exoplanetas en boga, decidieron apuntar hacia GJ 3512 para ampliar el catálogo estelar aunque fuera una de las estrellas más débiles, a 30 años luz de la Tierra (el estudio posterior está publicado en Science). Lo que encontraron fue un gigante gaseoso con una masa similar a la mitad de Júpiter, compuesto por gases a muy baja temperatura (-120ºC) y en perpetuo movimiento. Y lo peor no es eso: su órbita es elíptica acusada, con lo que estaría sometida a influencia de otros cuerpos que fuerzan esa órbita. Es muy probable que haya, como mínimo, otro gigante gaseoso más que interactúa con éste primer planeta y con la estrella. Y puede que haya otro más. Esto desequilibra todo y permite pensar que quizás incluso el sistema de GJ 3512 haya quedado a la deriva.
Telescopio de Calar Alto
Se trata de un mundo hostil a la vida que, por la baja incidencia energética de su estrella y su posición, simplemente no debería estar ahí. Las teorías de formación planetaria, construidas a partir de las leyes de la física y los hallazgos astronómicos acumulados hasta hoy, consideran que un planeta así no debería formarse alrededor de un sol tenue y frío como GJ 3512. Un gigante gaseoso se forma a partir de un núcleo rocoso menor conformado a su vez por la acumulación de polvo y rocas en el disco protoplanetario; una vez se ha conformado un núcleo sólido básico éste atrapa gases ligeros como hidrógeno y helio y los hace orbitar a su alrededor, compactando la masa durante millones de años. Así forman planetas inmensos que son cúmulos gravitatorios sometidos a enormes presiones.
¿Dónde está el problema? En que GJ 3512 no tiene suficiente poder gravitatorio como para haber creado un disco protoplanetario lo suficientemente grande como para que se generase el núcleo compacto del planeta. Es decir, que ese planeta no debería haberse formado por esa estrella. Lo cual hace pensar en una teoría alternativa: con un mínimo de gravedad quizás un cúmulo de gas pudiera crear a su alrededor sucesivas capas de gas y, al compactarse el todo, crear un gigante gaseoso. Algo así cambiaría radicalmente lo que sabíamos hasta ahora, y da base a los partidarios de que muchos de esos gigantes, como Júpiter y Saturno, pueden no tener núcleo y ser sólo productos de la compresión brutal de gases que formaron un punto de gravedad por sí mismos.