Pobre de aquel que le haga sombra esta semana al remake de Mad Max; sólo el cine francés y alguien más le intentarán hacer sombra. La maquinaria se pone en marcha y quema rueda, gasolina y saca a relucir aquel mundo distópico de coches imposibles y un régimen primitivo proyectado en un futuro deshumanizado.
‘Mad Max. Furia en la carretera’ es una salvajada. Los diferentes trailer muestran a Tom Hardy emulando a Mel Gibson, a una irreconocible Charlize Theron de brazo mecánico (pero a la que, a pesar del hollín, el polvo y la suciedad, le brillan los ojos claros como faros en la costa de Bretaña) y una versión libre que parece mezclar las dos primeras películas. Porque sí, la primera de la antigua franquicia era buena, pero muy de andar por casa. La que de verdad fue un pelotazo fue la segunda, con aquella carrera eterna que es emulada de nuevo pero con otros medios. Si sólo fuera por los trailer uno podría pensar que jamás ha visto nada parecido. Otra cosa es cuando no quede más remedio que atender a diálogos y propuestas de ideas encadenadas, porque por mucha adrenalina, olor a rueda quemada y salvajismo a toda velocidad que le pongas, al final tienes que tener guión.
Casi todos los remakes de este tipo en estos tiempos suelen envilecer la versión original. No está Hollywood para pensar en guiones, para eso ya está la televisión por cable. Hace muchos años, quizás desde los tiempos de ‘American Beauty’, que a la Meca del cine le dio por olvidar su pasado y entregarse en los brazos del pelotazo en taquilla. Soderbergh ya dijo adiós poniendo esa excusa como una de las muchas justificaciones para entregarse a la TV para el resto de su carrera. Lo que importa es la enésima adaptación de un cómic, el enésimo remake, la precuela de cualquier cosa (como es este caso) y el penúltimo reboot (relanzamiento desde cero, en traducción libre) de cualquier saga, película o vestigio de calidad pasada que le quede a Hollywood. Y por el camino ha perdido el alma. Si es que la tuvo alguna vez. La guinda la ha puesto una veleta humana como Robert Downey Jr, que se quejaba de que el cine independiente o de calidad era aburrido y un “coñazo”. Pues nada, leña al mono.
Sólo era cuestión de tiempo que tocaran una de las sagas más legendarias de los años 80, la misma que puso a Australia en el mapa y a un prometedor actor llamado Mel Gibson en las agendas de todo el mundo. Aquel muchacho de las antípodas con cara de permanente sorpresa cuadrada empezó como un salvaje y terminó en brazos de la religión. Ahora ya ni está ni se le espera, pero esa es otra historia. Mad Max tuvo tres películas originales: la primera de 1979, con apenas 350.000 dólares de presupuesto, la de 1981 y la de 1985, con la famosa Cúpula del Trueno y una frase icónica para la cultura popular, “Entran dos, sale uno”. Las tres son consideradas películas de culto (sobre todo la segunda). Ante la falta de proyectos originales, han decidido hacer una precuela que se colaría entre la primera y la segunda de las películas originales de los años 80.
La producción la dirige el mismo padre de la saga, George Miller, que incluso ha recuperado a uno de los actores originales de 1979, Hugh Keays-Byrne, para que participe en la película. No busquen a Mel Gibson porque no está. Su personaje de Max Rockatansky lo encarnará ahora Tom Hardy, que dio vida a Bane en la tercera entrega de ‘El Caballero Oscuro’. Todos juntos para dar vida a una historia que en su momento fue considerada una de las mejores muestras de la ola de ciencia-ficción distópica que eclosionó durante los años 80. Hasta entonces el género había tenido caminos positivistas, más o menos filosóficos, pero a finales de los años 70 y los 80 el desánimo social (que no económico) dio paso a una fiebre por imaginar futuros cada vez más fallidos y oscuros. No hay que olvidar que de la misma época es ‘Blade Runner’, una distopía algo menos extrema pero igual de inquietante.
Detrás de Mad Max latía entonces el éxito popular de la obra de Philip K. Dick, experto en mostrar el reverso tenebroso de los futuros que no salen como soñamos. También fueron los tiempos de éxitos como los de ‘El día después’, en los que se explicaba cómo sería un holocausto nuclear en el mundo. En aquella década gobernada por la derecha ultraliberal la cultura y la sociedad ya no quería ser optimista, y por eso triunfaron historias tan rocambolescas como un mundo desértico asolado por guerras y cambios climáticos que convertían la bola azul en una Arizona de dimensiones colosales. La influencia que tuvo Mad Max fue grande: puso en el mapa a Mel Gibson, dejó una semilla aprovechada por muchas más películas grandes o pequeñas de la época (todas imitaban la estética entre punk y de vídeo de MTV, lo que incluye uno de los vídeos más famosos de Duran Duran, por ejemplo). Incluso la fallida ‘Waterworld’ de Kevin Costner es una imitación en el mar de Mad Max.
Lo que se va a encontrar el espectador es lo mismo que vio en su día pero con más animación digital, más explosiones, más planos legendarios con desierto al fondo, más testosterona, una imponente Charlize Theron, a Tom Hardy vulnerable y demencial al mismo tiempo, unos cuantos guiños secundarios a filmes como ‘Las Crónicas de Riddick’ y el mayor despliegue de inventos de los ingenieros de automoción que pueda esperar. Y a pesar de todo, más creíbles que cualquier secuencia de ‘Fast & Furious’. También hay un par de pequeños cambios: por un lado el agua y la gasolina son vitales, pero no tanto como cinco chicas que son muy importantes para el villano de turno, Inmortan Joe. Por el otro la presencia del personaje de Theron, que lo cambia todo. También hay algo parecido a una religión posapocalítica sugerida, lo que le da a todo un toque más eficiente. De ir bien las cosas debería ser uno de los taquillazos del año. Pero con este negocio nunca se sabe. Disfruten de las palomitas.
Sinopsis. Perseguido por su turbulento pasado, Mad Max cree que la mejor forma de sobrevivir es ir solo por el mundo. Sin embargo, se ve arrastrado a formar parte de un grupo que huye a través del desierto en un war rig conducido por una emperatriz de élite: Furiosa. Escapan de una ciudadela tiranizada por Immortan Joe, a quien han arrebatado algo irreemplazable. Enfurecido, el Señor de la Guerra moviliza a todas sus bandas y persigue implacablemente a los rebeldes en una Guerra de la Carretera de altas revoluciones. Cuando Max es capturado por Joe, su única posibilidad de escapar depende de Furiosa y su banda de mujeres liberadas, de las cuales cada una se considera un objeto precioso vital para la supervivencia de la raza humana.
Ficha de ‘Mad Max. Furia en la carretera’:
Película: Mad Max: Furia en la carretera. Título original: Mad Max: Fury road. Dirección: George Miller. País: USA. Año: 2015. Género: Acción, ciencia-ficción. Reparto: Tom Hardy (Max Rockatansky), Charlize Theron (Emperatriz Furiosa), Rosie Huntington-Whiteley (Espléndida), Nicholas Hoult (Nux), Zoë Kravitz (Toast), Hugh Keays-Byrne (Immortan Joe), Nathan Jones (Rictus Erectus).
Al órdago de Hollywood le van a hacer frente tres películas muy distintas. Dos de ellas francesas, y las dos marcadas por personajes femeninos y temáticas muy distintas. La primera de ellas es ‘Una nueva amiga’, un divertido relato “almodovariano” centrado en el amor más allá de la muerte y creada por François Ozon, uno de esos “directores de mujeres” que dimensionan en su lugar la presencia femenina (en primer plano) tanto como la identidad sexual en la sociedad.
La película es una adaptación libre de un relato de Ruth Rendell que Ozon recuperó 20 años después de leerlo. Ozon sitúa voluntariamente la historia en un contexto universal y atemporal, propio de los cuentos de hadas, poniendo a prueba al espectador en su capacidad de enfrentarse a las diferencias, prejuicios y la forma o no de aceptarlos. El director se apropia de la canción, ‘Une femme avec toi’ (Una mujer contigo) de la cantante y compositora francesa Nicole Croisille cuya letra se convierte en pieza fundamental para el desenlace de la película.
Los actores Romain Duris (‘Una casa de locos’, ‘Las muñecas rusas’) y Anaïs Demoustier, dos de los talentos consagrados del cine francés, protagonizan la cinta de Ozon acompañados en el reparto por Raphaël Personnaz, Isild Le Besco, Aurore Clément y Jean- Claude Bolle Reddat. Participó en la Sección Oficial del último Festival de San Sebastián donde alcanzó el premio Sebastiane, galardón entregado a la película que mejor refleje los valores y la realidad de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales.
Sinopsis. Al fallecer su mejor amiga, Claire cae en una profunda depresión, pero un sorprendente descubrimiento en torno al marido de la amiga le devolverá las ganas de vivir.
Ficha de ‘Una nueva amiga’:
Película: Una nueva amiga. Título original: Une nouvelle amie. Dirección: François Ozon. País: Francia. Año: 2014. Duración: 107 min. Género: Drama. Interpretación: Romain Duris, Anaïs Demoustier, Raphaël Personnaz. Guion: François Ozon; adaptación del relato “The new Girlfriend”, de Ruth Rendell. Producción: Eric Altmayer y Nicolas Altmayer. Música: Philippe Rombi. Fotografía: Pascal Marti. Montaje: Laure Gardette. Dirección artística: Michel Bathelemy. Vestuario: Pascaline Chavanne. Distribuidora: Golem.
Pasamos a la segunda de las películas francesas que van a retar a Hollywood. Basada en hechos reales, ‘La Profesora De Historia’ está dirigida por Marie-Castille Mention-Schaar, coguionista de la cinta junto a Ahmed Dramé, actor y alumno de Anne Gueguen, la profesora en la que se inspira la historia y a quien da vida la ganadora de un César Ariane Ascaride. La interpretación en la película del joven Ahmed Dramé le valió también una nominación a los Premio César en la categoría de Mejor Actor Revelación.
La película además de mostrar las dificultades a las que debe enfrentarse una profesora en el día a día con sus alumnos, se adentra en temas que son de máxima actualidad, como la lucha contra la intolerancia, haciéndolo desde las escuelas y enseñando las bases de la libertad de expresión y del respeto entre culturas y religiones. La película muestra esta realidad, a la vez que aprovecha para explicar a las nuevas generaciones lo que pasó con centenares de miles de niños y adolescentes que sufrieron y murieron en los campos de concentración nazis (coincidiendo con el 70 aniversario de la liberación de estos campos).
Sinopsis. Anne Gueguen es una profesora de Historia de instituto que se preocupa por los problemas de sus alumnos. Este año, como siempre, Anne tiene una clase difícil. Frustrada por su materialismo y falta de ambición, Anne desafía a su clase a participar en un concurso nacional sobre qué significa ser adolescente en un campo de concentración nazi. Anne usará toda su energía y creatividad para captar la atención de sus alumnos y motivarlos. A medida que la fecha límite se acerca, los jóvenes comienzan a abrirse a los demás y a creer en sí mismos, cambiando sus vidas.
Ficha de ‘La profesora de Historia’:
Película: La profesora de Historia. Título original: Les héritiers. Dirección: Marie-Castille Mention-Schaar. País: Francia. Año: 2014. Duración: 105 min. Género: Comedia dramática. Interpretación: Ariane Ascaride (Anne Gueguen), Ahmed Dramé (Malik), Noémie Merlant (Mélanie), Geneviève Mnich (Yvette), Wendy Nieto (Jamila). Guion: Ahmed Dramé y Marie-Castille Mention-Schaar. Producción: Marie-Castrille Mention-Schaar y Pierre Kubel. Música: Ludovico Einaudi. Fotografía: Myriam Vinocour. Distribuidora: A Contracorriente Films.
La tercera réplica a Mad Max llega de una coproducción entre EEUU y España, con Carlos Bardem y Stephen Dorff como principales caras. Un drama que recupera para el público a aquel actor bajito que seguramente todos recuerden de ‘Blade’. Dorff tenía aptitudes, y las sigue teniendo. Al guión le han caído muchos palos, y esa frase que te hunde un filme como “todo correcto, bien intencionado, pero…”. Todo lo que venga antes o después sonará a sentencia. Detrás del proyecto está Barney Elliott, que escribe y dirige esta historia de estructura de vidas cruzadas, centrándose en tres personajes pertenecientes a distintas clases sociales que se ven obligadas a comprometerse para conseguir lo que quieren en la vida.
Sinopsis. Una historia sobre rendición de cuentas, codicia y esperanza, con el trasfondo de una transacción financiera entre un fondo de cobertura estadounidense y el gobierno peruano.
Ficha de ‘La deuda’:
Película: La deuda (Oliver’s deal). Dirección y guión Barney Elliott. Países: USA y España. Año: 2015. Duración: 90 min. Género: Drama. Interpretación: Stephen Dorff, David Strathairn, Carlos Bardem, Brooke Langton, Alberto Ammann. Producción: Ibon Cormenzana, Ignasi Estapé, Darren Goldberg y Chris Marsh. Distribuidora: Alfa Pictures.