Mañana culmina el Festival Starmus en Tenerife (Islas Canarias), convertido en un espacio ya único en España de fusión de ciencia, divulgación y celebración del conocimiento. Y también en todo un tributo a la figura de Stephen Hawking, que ha visitado esta semana por segunda vez Canarias para impartir visión y cátedra. 

El Festival Starmus de las Islas Canarias es un intento de reunir aspectos aparentemente tan distantes como la música y la astronomía, si bien han estado muy ligados en el pasado (Gustav Holst, por ejemplo, compuso su pieza ‘Los Planetas’ a partir de los datos matemáticos de sus órbitas y adjudicó a cada planeta una música concreta que ha sido utilizada en cine y televisión). Starmus Festival nace para acercar la ciencia más universal y el arte más accesible al gran público. Su base es Tenerife gracias a que algunas de las mayores instalaciones de astrofísica del mundo están en las cumbres de Canarias (Tenerife, La Palma, Gran Canaria) y la colaboración del Instituto Astrofísico de Canarias (IAC) y del Cabildo de Tenerife han logrado apuntalar esta simbiosis perfecta entre astronomía, arte y música a nivel mundial que atrae, edición tras edición a la isla de Tenerife, a las mentes más brillantes de la historia de la humanidad. Y que además está abierto a cualquier persona que tenga pasión por la astronomía, la ciencia, las artes y la música, y con el deseo de saber más acerca de “dónde venimos” y “qué hay” en el Universo. Bajo el lema “Más allá del horizonte – Homenaje a Stephen Hawking”, este Starmus Festival se ha convertido en un tributo único al físico teórico y divulgador científico más reconocido de la historia.

En palabras de su director y fundador, el astrofísico Garik Israelian, “esta nueva edición es un paso más en el crecimiento de Starmus, que lleva al festival a cotas cada vez más altas. La presencia de ponentes de prestigio internacional y, por supuesto, de Stephen Hawking, a quien se rinde homenaje en esta edición, ha hecho de Starmus un encuentro único en el mundo dentro de la divulgación científica internacional”. Tenía una deuda pendiente con él, que después de que fuera la estrella principal de la edición de 2014 este año le ha convertido en la columna vertebral ya que el Starmus será dedicado a su vida y obra, un tributo a una mente brillante que ha resplandecido en condiciones y circunstancias terriblemente duras. Actualmente es el físico más famoso del planeta (el profesor Higgs y su bosón aparte), y que incluso ha aparecido en varios episodios de la serie de TV ‘The Big Bang Theory’ como un auténtico icono vivo. Su delicado estado de salud nunca ha sido un buen consejero a la hora de viajar, y mucho más en su situación, anclado a una silla de ruedas y un ordenador para poder moverse o comunicarse. En 2014 viajó a Canarias en barco y lo ha vuelto a hacer para presentar el Starmus en persona en Tenerife.

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Científicos e intelectuales como Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía, y François Englert, premio Nobel de Física compartido con Peter Higgs, han pasado por este evento, que ha incluido al biólogo evolucionista Richard Dawkins, uno de los ponentes que más interés suscitó en la edición de 2014; el profesor de Física de la Universidad de Manchester Brian E. Cox, conocido popularmente por su trabajo como presentador de televisión en programas científicos; premios Nobel en las modalidades de Física, Química y Medicina, como Harold Kroto y Eric Betzig (premios Nobel de Química 1996 y 2014, respectivamente); los biólogos Carol Greider y Elizabeth Blackburn (Nobel de Medicina compartido en 2009); Robert Wilson y David Gross (Nobel de Física en 1978 y 2004, respectivamente); Adam Riess y Brian Schmidt (Nobel de Física compartido en 2011), y el matrimonio Edvard Moser y May-Britt Moser (ambos premios Nobel de Fisiología o Medicina en 2014). Un Starmus que ha incluido al profesor de Astronomía Steven Balbus, jefe de Astrofísica de la Universidad de Oxford, reconocido en 2013 con el Shaw Prize in Astronomy, por su contribución a la ciencia; los astrofísicos Neil deGrasse Tyson, Kip Thorne, Martin Rees, Jill Tarter y Robert Williams y el físico Neil Turok.

Stephen Hawking
Es uno de los físicos teóricos más brillantes desde Albert Einstein, su trabajo sobre los orígenes y la estructura del Universo, del Big Bang a los agujeros negros, ha revolucionado el campo de la astrofísica. Sus libros divulgativos han ayudado a darle proyección mundial y sobre todo a familiarizar a la gente no ligada a la ciencia con la física teórica clave para explicar el Universo. Sobre todo han sido tres: ‘Una breve historia del tiempo’ (1988), ‘El Universo en una cáscara de nuez’ (2001) y ‘El Gran Diseño’ (2010). ‘Una breve historia del tiempo’ batió todos los récords de ventas de libros de un modo que habría sido difícil de predecir. En mayo de 1995 llevaba ya 237 semanas en la lista de best-sellers del dominical del Times, rompiendo el anterior récord de 184 semanas y vendiendo 10 millones de copias en diez años.

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Diagnosticado con ALS, una forma de enfermedad neurodegenerativa, poco después de su 21 cumpleaños, a Hawking le dieron 2 años de esperanza de vida. A pesar de estar en silla de ruedas y depender de un sistema de voz automatizado para la comunicación, se las arregla para combinar la vida familiar (tiene tres hijos y tres nietos) con su investigación en física teórica así como con un amplio programa de viajes y conferencias públicas. Incluso se atrevió a experimentar la ingravidez gracias al avión especial de la NASA que simula la gravedad 0 por las caídas en picado. Quizás uno de sus mayores logros es haber conseguido la cátedra Lucasiana de Cambridge, que en su día estuviera en manos de nada menos que Isaac Newton.

Hawking es hijo de científicos y la educación que recibió despertó en él el gusanillo de la física y las matemáticas. Estudió Ciencias Naturales en la Universidad de Oxford, donde obtuvo su primer puesto, y luego se trasladó a Cambridge para iniciar estudios en física. Desde entonces, y sumándolo a su lucha contra la enfermedad, ha recibido una docena de doctorados honoris causa y ha sido galardonado con numerosos premios, medallas y condecoraciones, entre ellos la Orden del Imperio Británico (1982), el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia (1989) y la Medalla Presidencial de la Libertad (2009), el premio civil más alto en Estados Unidos. Asimismo, es miembro de la Royal Society y de la Academia Nacional de Ciencias.