Cada vez más cerca, un paso un poco más allá del horizonte final, el de curar la ceguera sea cual sea su origen y desarrollo; la ingeniería ensancha la vía biomecánica. 

A los exoesqueletos de fuerza que han desarrollado en EEUU y Corea del Sur, y a los exoesqueletos médicos que han creado un puñado de valientes ingenieros españoles (milagros de financiación mediante) para hacer caminar a los paralíticos, se una ahora algo más, las gafas inteligentes capaces de “hacer ver” a los ciegos parciales gracias a un sistema de detección que genera mapas virtuales en tiempo real para detectar obstáculos, trazar caminos y “ver” recreando la realidad como un sónar hace de visión de un submarino. La Universidad de Oxford y el Real Instituto Nacional de Ciegos del Reino Unido se unieron para hacer realidad esas gafas de visión que fueron soñadas, por poner un ejemplo, por los escritores de ciencia-ficción en muchos de sus relatos.

Pero la distancia entre las fantasías sci-fi y la realidad se hace cada vez más corta. El proyecto universitario e institucional contó con el apoyo de Google (dispuesta a comprar o absorber cualquier tipo de desarrollo biomecánico posible) para poder desarrollar este tipo de tecnología capaz de reproducir la visión espacial del ser humano. Gracias al dinero aportado entre la empresa y la institución británica se podrán desarrollar 100 pares de gafas para experimentos con varios grupos de ciegos de diferente tipo y graduación en su ceguera. Sólo así, testándolo en la realidad, se podrá saber si funcionan o no. Para cuando salgan al mercado podrían alcanzar los 400 euros de precio. De momento se asemejan más a pequeños cascos que a unas verdaderas gafas, pero es cuestión de tiempo.

Uno de los experimentos: en la tableta puede “verse” lo que realmente ve el usuario, una realidad simple de volúmenes y formas para poder detectar obstáculos

Según los diseñadores de Oxford las gafas llevan una cámara de vídeo en el arco de unión de tamaño mínimo conectado a un dispositivo con el software necesario para proyectar imágenes en las pantallas-lente. Es decir, reproduce la visión de un cíclope sobre una superficie que permite al ciego parcial poder ver reproducida la realidad de forma más cercana. En realidad el dispositivo es muy pequeño, miniaturizado, y podría ser incorporado en un desarrollo futuro incluso en las gafas de sol. Las gafas acercan a los usuarios los objetos y obstáculos más importantes de su entorno, de tal forma que puede recrear un modelo virtual que le permitirá, por ejemplo, esquivar una bicicleta, una farola, coches, personas, trazar rutas…

Los experimentos que se han hecho concibieron las gafas como un sonar visual que en el futuro podría incluso sofisticar un poco más esa falsa realidad aumentada y selectiva. Durante uno de los experimentos uno de los ciegos incluso optó por mirar al perro-guía que ha sido su pastor durante años y pudo verle por primera vez. En realidad las gafas hacen ese trabajo. Sin embargo el desarrollo de estas gafas no es tan completo y no pueden suplir la visión en los casos más graves, donde la ceguera alcanza porcentajes demasiado altos. Sin embargo a la gran masa de ciegos parciales (con visión periférica nula o incapaces de concretar formas y de ver más allá de un metro, por ejemplo) puede ser una herramienta fundamental.

Gracias a este modelo de prueba (que evidentemente tiene un gran campo de desarrollo y superación) los ciegos alcanzan un grado de libertad de movimientos y de comprensión del mundo que supera con creces todo lo que había hasta ahora, por rudimentario y útil que fuera (bastones, perros-guía, lazarillos voluntarios). Ahora sólo falta esperar que las pruebas sean positivas y que se puedan poner en marcha nuevos instrumentos que vayan un poco más lejos. Hace no mucho un mutilado fue capaz de mover con la mente (a través de una máquina adaptada y un interfaz nuevo) una mano y realizar actividades básicas (como agarrar una naranja), así que quizás el futuro final sean los ojos biónicos o algún tipo de visor conectado directamente al nervio óptico y que así pueda hacer realidad el viejo milagro divino de hacer ver a los ciegos.