Cada vez que los paleontólogos y genetistas indagan un poco más en los Neandertales cae un mito, un tópico o una leyenda: su dieta no era sólo de carne, también consumían vegetales, y tenían tecnología propia. Lo peor: hay sospechas de que pudieron practicar también el canibalismo, como los Sapiens.

La dieta del Neandertal se amoldaba a lo que tenía a mano para consumir: mamuts, bisontes, bóvidos, incluso rinocerontes antiguos… y gracias a estudios del Centro Senckenberg de Evolución Humana y Paleoambiente (HEP) de Alemania también sabemos que consumían vegetales. El descubrimiento llegó por el estudio del colágeno de los huesos prehistóricos, conocer bien su composición isotópica para comprender su evolución. La compararon además con los principales animales y depredadores de su época: mamuts, caballos primitivos, renos, bisontes por un lado, y osos de las cavernas, hienas, leones y felinos antiguos y lobos por otro.

Así fue cómo descubrieron que la dieta que alimentaba a los Neandertales ha resultado ser mucho más diversa de lo que se pensaba. Hasta ahora se les veía como una especie cazadora y adaptada al medio: consumían lo que había. Pero la realidad parece ser otra: un 20% de su dieta era vegetal (principalmente plantas de fácil digestión, hierbas y frutas del bosque), y el resto eran grandes herbívoros como mamuts y rinocerontes lanudos adaptados a esas latitudes, porque les ofrecían más cantidad de carne, piel y huesos por pieza cazada. Justo al contrario que sus competidores animales, que optaban por herbívoros más pequeños. Ese diferencial permitió a los Neandertales adaptarse mejor al medio.

Área de expansión aproximada de los Neandertales

No obstante hay pruebas recientes de que los Neandertales tuvieron un comportamiento algo más siniestro (a nuestros ojos) en determinadas ocasiones. Su extinción hace unos 40.000 años dejó el camino libre en Eurasia a los Sapiens, con los que se mezclaron mediante la hibridación (cruce sexual de especies con hijos fértiles) y pasaron parte de su ADN a las siguientes generaciones de Sapiens. Su extinción tiene muchos “culpables” y no uno solo: cambio climático (del frío al calor, con lo que su adaptación dejó de tener importancia), competencia con los Sapiens más modernos, patógenos que portaban los Sapiens ante los que los Neandertales no tenían resistencia, la endogamia que los anuló… y una nueva, el canibalismo.

Según Jordi Agustí, del Instituto Catalán de Paleontología Humana y Evolución Social, y Xavier Rubio-Campillo (Centro de Supercomputación de Barcelona) y su trabajo (publicado en Quaternary International) el canibalismo pasó de ser algo esporádico por hambruna a una parte más de su comportamiento. El modelo informático creado por ambos puede aplicarse a todas las especies donde se puede dar este comportamiento (muchas más de las que pensamos), y que en el caso de los Neandertales pudo dispararse al llegar los Sapiens. Los yacimientos fósiles de Krapina (en Croacia) y El Sidrón (Asturias) evidencian que se producía la antropofagia entre comunidades. No sólo por competencia por los recursos, sino porque realmente formaba parte de su dieta.

Como relata Agustí a los medios, se trataba tanto de una lucha entre grupos como un tema de supervivencia: “En una situación de competencia intergrupal acabas comiéndote al vecino”. En cambio los Sapiens no practicaban el canibalismo, al menos no en ese tiempo porque todavía no se han encontrado pruebas concretas en los fósiles. De hecho los Sapiens optaron por la antropofagia en el Neolítico, en el paso hacia la agricultura, quizás por superpoblación respecto a los recursos disponibles (lo que daría alas también a la agricultura), o bien porque la lucha entre grupos se volvió salvaje. Los Neandertales reaccionaron ante la competencia con los Sapiens de la peor manera: se devoraron entre sí para poder sobrevivir, reduciendo paulatinamente su población, forzando altos niveles de endogamia y por lo tanto su anulación como especie.

Curiosamente los Sapiens más modernos, que ya tenían parte de la herencia genética neandertal por el cruce de los primeros sapiens con éstos, se adaptaron mejor y vencieron. Sin embargo la opción de “comerse al vecino” es una estrategia límite y poco útil, un fallo de la teoría de los investigadores españoles: si esa fue su mejor opción, y resultó que era suicida, ¿por qué una especie optaría por ella si el resto de grandes carnívoros animales no lo hace? Probablemente su final se deba a una mezcla de causas, una tormenta “perfecta” que los abocó a la extinción.

Tenían tecnología propia

Los Neandertales ni eran idiotas ni tan simples como nos podemos creer. Tenían tecnología propia, decoración y si no era suya la copiaban de los Sapiens. En los últimos años se han publicados diversos estudios españoles e internacionales en los que queda claro que tenían su propia tecnología estos homínidos que aparecieron en Europa hace 250.000 años cubriendo un área inmensa que iba desde Gibraltar a Uzbekistán. No sólo utilizaban el medio en su beneficio, primer síntoma de inteligencia, sino que tallaban la piedra, usaron el fuego sistemáticamente, se adornaban con plumas y elementos decorativos y enterraban a sus muertos. Desde España se demostró que los neandertales usaban palillos para calmar el dolor de la gingivitis, quizás uno de los casos más antiguos de aplicación médica del que se tiene noticia.

El estudio lo firmó el Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Sociales (Iphes) en colaboración con la Universitat Autònoma de Bellaterra (UAB) en 2013/2014. No es nuevo: los Homo Habilis ya se limpiaban los restos de comida de entre los dientes hace 1,6 millones de años, pero es la primera vez que se hacían palillos con un objetivo médico claro. La prueba es que el fósil estudiado (entre 150.000 y 50.000 años) presentaba porosidad ósea en los maxilares, con dentadura desgastada pero sin caries. En el hueso se aprecian surcos de contacto entre dos dientes provocados por palillos, una prueba de que eran usados.

Pulidores de cuero y tallas de los Neandertales

Por otro lados, investigadores del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig, Alemania, y la Universidad de Leiden, en Países Bajos, han documentado el descubrimiento de herramientas de hueso talladas por los neandertales en dos yacimientos del sur de Francia que no fueron ocupadas por humanos a posteriori. Su similitud con las herramientas de los Sapiens hace pensar que hubo transvase de tecnología o cierto grado de copia. Se trata de pulidores de cuero hechos de hueso, creados para frotar la piel de los animales y así dejar un cuero suave y resistente al agua. Muy semejantes, por cierto, a los que todavía usan los pocos artesanos del cuero que quedan en Europa. Y esta habilidad se trasladó a muchos otros aspectos de la vida cotidiana, desde la caza a la ornamentación.

El estudio apunta a la posibilidad de que antes de su desaparición paulatina (pero acelerada para lo que es la evolución de las especies) pudieran haber alcanzado un alto grado de desarrollo y hubieran incluso alcanzado a los Sapiens en tecnología. O bien los neandertales copiaron a los Sapiens. Los investigadores del Instituto Max Planck sugieren que, quizás, fueran los evolucionados humanos los que copiaran a los neandertales, en un caso flagrante de robo y posterior estigmatización del vencido. Todavía no está claro quién copió a quién.

En el yacimiento catalán de Abric Romaní, un refugio neandertal de 60.000 años de antigüedad, se descubrieron pieles curtidas para cubrir el suelo, para posteriormente recubrir con limo y arenilla que hiciera de suelo firme sobre el que hacer hogueras o asentarse; posteriormente, para limpiar el refugio, simplemente recogían las pieles y sacaban “la basura”; y posteriores estudios sistemáticos en otros yacimientos han descubierto una incipiente artesanía de la piedra que superaba, en ocasiones, a la de los Sapiens.

Los neandertales tenían una industria lítica, que se conoce como cultura Musteriense, que consistía en obtener una o varias lascas de forma predeterminada a partir de una preparación particular del núcleo del sílex. Estas técnicas luego evolucionarían hacia el modelo Sapiens, caracterizado por una mayor sofisticación pero menor resistencia y durabilidad. Este paralelismo no explica si hubo copia, transvase o robo tecnológico. Una cosa sí está clara: ni eran idiotas ni tan tontos como popularmente nos han dicho.

Lasca neandertal de 70.000 años

Lasca neandertal de 70.000 años