A Alejandro Amenábar le faltan pocos géneros por tocar, quizás la comedia y el cine histórico de capa y espada, porque la Guerra Civil, todo un subgénero en España, ya está solventado con el particular relato del albor de la guerra con Unamuno a un lado y Millán-Astray al otro.

Salamanca, que fue una ciudad medieval insigne y uno de los centros de pensamiento durante parte del Siglo de Oro, languideció luego lentamente hasta ser la ciudad de provincias con abolengo al que enviaban a los hijos a estudiar. La Universidad de Salamanca aún tenía cierto prestigio y se peleaba con el resto de grandes centros nacionales. En parte por el trabajo de uno de sus rectores y luminarias, Miguel de Unamuno, que entre lo apócrifo y lo real protagonizó un discuros contra el fascismo español cuando estaba rodeado de fascistas y un descolocado Millán-Astray bramando contra la inteligencia.

Es el famoso “venceréis pero no convenceréis” de Unamuno (que apoyó primero el levantamiento) que era una forma eufemística de decir que la victoria del fascismo en España no duraría y que, andado el tiempo, sería una caricatura contra la propia idea de España, lastrada para siempre por los 39 años siguientes y que sirven todavía hoy de combustible para los nacionalismos, la izquierda y cualquiera que tenga cuitas con el país. Unamuno acertó al decir que se rasgaba para siempre el tejido de una sociedad que todavía hoy tiembla por el simple traslado del cadáver del dictador.

Ese punto de arranque, en el que se parte en dos el país, es el que eligió Alejandro Amenábar para su filme, presentado en preestreno en San Sebastián y luego en Salamanca (donde fue rodada la película). Unamuno fue tan poliédrico y convulso como el país que le vio nacer: apoyó primero la sublevación, fue represaliado por la República y luego por los propios sublevados, en un viaje de ida y vuelta intelectual (y cargado de ingenuidad a pesar de su inteligencia personal) que retrata perfectamente a la propia España, partida, dividida, fanatizada y agarrada a la ideología como un bebé a su madre. Gran parte de los problemas de hoy, como señalan todos los críticos de todos los medios españoles, se reflejan en esta película y la interpretación descomunal de Karra Elejalde, que huele a Goya y a premios en cascada.

Verano de 1936. Entre el 17 y el 18 de julio un grupo de militares sublevados liderados por los generales Emilio Mola y Francisco Franco, llevan a cabo un golpe de Estado contra el Gobierno de la Segunda República. El escritor y filósofo Miguel de Unamuno (Karra Elejalde) decide apoyar públicamente esta sublevación militar que promete traer orden a la convulsa situación del país. Inmediatamente es destituido por el gobierno republicano como rector de la Universidad de Salamanca. Mientras, el general Franco consigue sumar tropas al frente sublevado e inicia una exitosa campaña con la secreta esperanza de hacerse con el mando único de la guerra. La deriva sangrienta del conflicto y el encarcelamiento de algunos de sus compañeros hacen que Unamuno empiece a cuestionar su postura inicial y a sopesar sus principios.

Ficha de ‘Mientras dure la guerra’:

Año: 2019. Duración: 107 min. Género: drama, cine histórico. País: España. Dirección: Alejandro Amenábar. Guión: Alejandro Amenábar, Alejandro Hernández. Fotografía: Alex Catalán. Reparto: Karra Elejalde, Eduard Fernández, Santi Prego, Nathalie Poza, Patricia López, Luis Zahera, Luis Bermejo, Inma Cuevas, Mireia Rey, Tito Valverde, Luis Callejo, Carlos Serrano-Clark, Ainhoa Santamaría, Itziar Aizpuru, Pep Tosar. Producción: Mod Producciones / Movistar+ / Himenóptero / K&S Films. Distribuida por Buena Vista International.