“Tres ensayos que no han sido escritos por un investigador ni por un experto, sino por un hombre comprometido que, en ocasiones, también tiene sentimientos encontrados”. Es una buena forma de definir lo que es ‘Queridos fanáticos’, nuevo volumen de Amos Oz traducido al español en Siruela, y que ya está a la venta en España.

Textos de apoyo de sinopsis: Editorial Siruela

Amos Oz es un buen ejemplo de cómo la sociedad israelí parece un bicéfalo: por un lado el Israel judío, religioso, ultraconservador, imbuido de una misión cuasi divina que arremete contra todo lo que no concuerde con ellos; por el otro el Israel tecnológico, culto, ingenioso, repleto de cerebros que han construido una economía prodigiosa en el lugar más improbable y que fue educada en esos oasis de socialismo democrático llamados kibtuz. A este otro Israel pertenece Amos Oz, tan vilipendiado por el primero como alabado por el segundo y por el resto del mundo.

¿Qué es el fanatismo? ¿Está su germen en cada uno de nosotros? ¿Por qué intentan convencernos de que la situación es “irresoluble”? ¿Qué es tener “derecho a la tierra” y por qué hay que ejercerlo? ¿Cuál es el núcleo central del judaísmo desde su origen hasta nuestros días? ¿Y acaso resulta incompatible con la democracia y el humanismo? El elemento predominante en los textos recogidos en ‘Queridos fanáticos’ (basados en una serie de conferencias pronunciadas por el autor a lo largo de su larga trayectoria) es el tono de urgencia, de consternación y, sobre todo, de pleno convencimiento en la posibilidad de un futuro mejor.

Con su habitual lucidez, este detractor declarado de la palabra “irreversible” arroja una esclarecedora mirada tanto sobre los más controvertidos hechos históricos como sobre los más candentes temas de actualidad, aventurando incluso, siempre desde la sensatez que incorpora a todas sus propuestas, una salida a un conflicto que lleva demasiado tiempo cuestionando a la humanidad entera. El título es la última incorporación a la Biblioteca Amos Oz editada por Siruela.

Oz (Jerusalén, 1939) es uno de los autores más reputados de la narrativa israelí, así como un reconocido intelectual comprometido con el proceso de paz en Oriente Próximo. Ha sido galardonado con los más prestigiosos honores y distinciones, entre ellos el Premio Príncipe de Asturias de las Letras, la Legión de Honor francesa, el Premio Goethe, el Franz Kafka o el Israel Prize. Su obra consta de más de veinte títulos, incluyendo novelas, colecciones de cuentos, libros para niños y ensayos, así como infinidad de artículos, y ha sido traducida a 42 idiomas incluyendo el árabe. Después de haber pasado gran parte de su vida en el kibutz de Hulda y posteriormente en Arad, en la región del Néguev, vive actualmente en Tel Aviv junto con su esposa.

La Biblioteca Amos Oz de Siruela

El autor, Premio Príncipe de las Letras en 2007, es parte de las voces de conciencia de Israel, un país sacudido con fuerza por todo tipo de conflictos desde su fundación. Un autor imprescindible para entender una sociedad entre la devoción religiosa y un presente complicado en perpetua guerra que lucha por ser moderno. A su monumental obra ha dedicado la editorial Siruela varios de sus títulos más emblemáticos con la Biblioteca Amos Oz, que reflejan su posición sobre la vida y su condición de ciudadano judío e israelí. Entre los títulos figuran ‘Una historia de amor y oscuridad’, ‘Quizás en otro lugar’, ‘La bicicleta de Sumji’, ‘Judas’, ‘Mi querido Mijael’, ‘Los judíos y las palabras’ y ‘La historia comienza. Ensayos sobre literatura’.

‘Una historia de amor y oscuridad’. Amor y oscuridad son las dos fuerzas que recorren la conmovedora autobiografía novelada de Amos Oz, publicada por vez primera en hebreo en 2002. El autor narra su infancia y adolescencia en los años cuarenta y cincuenta, en Jerusalén y en el kibutz de Hulda, marcados por la trágica existencia de sus padres: Yehuda, un estricto bibliotecario, y Fania, una mujer culta, romántica y soñadora. Atrapado entre ellos, el futuro escritor es un niño que soporta sobre sus frágiles hombros la pesada herencia de sus singulares antepasados y asiste atónito a los grandes cambios que marcarán su vida y la de su incipiente nación. La narración de Una historia de amor y oscuridad oscila hacia delante y hacia atrás en el tiempo y refleja más de cien años de historia familiar, cuatro generaciones de soñadores, estudiosos, poetas egocéntricos y ovejas negras, que desde Vilna y Odesa, a través de Polonia y Praga, llegaron a Israel.

‘Quizás en otro lugar’. En Quizás en otro lugar (1966), primera novela de Amos Oz, el autor pone la lupa en los acontecimientos cotidianos que tienen lugar en un kibutz, en la vida de cada día con sus pequeños dramas y las ingenuas alegrías que impulsan a la comunidad para trabajar juntos por una misma causa. Este contexto, claramente autobiográfico, será recurrente en su futura obra, y siempre tratado con amorosa ironía y realismo por Amos Oz. Rubén Harish, profesor y poeta local en el (ficticio) kibutz Metzudat Ram, a tres kilómetros de la hostil frontera jordana, fue abandonado hace tiempo por su mujer Eva, que se marchó para casarse con un «turista», su acaudalado primo Izak Hamburger, y ahora vive con él en Múnich. El profesor destina todo su afecto a sus hijos adolescentes Noga y Gai. Noga es una muchacha sensual e impulsiva que consigue seducir al rústico Ezra Berger, un hombre mucho mayor que ella y casado con una mujer con la que su padre mantuvo en el pasado una breve relación. En un microcosmos tan cerrado y con tan estrechos lazos como Metzudat Ram, el escándalo está servido.

‘La bicicleta de Sumji’. Publicada por primera vez en hebreo en 1978, esta novela es según palabras del propio autor, una sencilla historia sobre un niño “a quien una vez le regalaron una bicicleta y la cambió por un tren, el tren, por un perro, el perro, por un sacapuntas, y el sacapuntas, por amor”. Pero es mucho más que eso. Es una historia sobre los cambios, sobre hacerse mayor, sobre los sueños. Narración acerca de las familias, sus amores y hasta sus políticas; sobre la ocupación y el colonialismo. Es una historia de Jerusalén. Pero, sobre todo, es el relato sobre un niño que consigue su primera bicicleta y declara su primer amor, todo en el mismo día. Y que, seguramente, llegará a los corazones de todos aquellos que alguna vez han crecido (o que nunca han dejado de hacerlo). En la tradición de personajes tan memorables como Huckleberry Finn o Holden Caulfield, Sumji, salido de la pluma magistral del novelista Amos Oz, es un pequeño gran héroe divertido, puro y muy muy simpático.

‘Judas’. Plantea una audaz y novedosa interpretación de la figura de Judas Iscariote. En el invierno de 1959, el mundo del joven Shmuel Ash se viene abajo: su novia lo abandona, sus padres se arruinan y él se ve obligado a dejar sus estudios en la universidad. En ese momento desesperado, encuentra refugio y trabajo en una vieja casa de piedra de Jerusalén, donde deberá hacer compañía y conversar con un anciano inválido y sarcástico. A su llegada, una atractiva mujer llamada Atalia advertirá a Shmuel de que no se enamore de ella; ese ha sido el motivo de la expulsión de sus predecesores. En la aparente rutina que se crea en la casa, el tímido Shmuel siente una progresiva agitación causada, en parte, por el deseo y la curiosidad que Atalia le provoca. También retoma su investigación sobre la imagen de Jesús para los judíos, y la misteriosa y maldita figura de Judas Iscariote, la supuesta encarnación de la traición y la mezquindad, va absorbiéndole sin remedio.

‘Mi querido Mijael’. “Escribo porque las personas a las que amaba han muerto. Escribo porque cuando era niña tenía una gran capacidad de amar y ahora esa capacidad de amar está muriendo. No quiero morir”. Así comienza el relato en primera persona de Jana, la historia de un matrimonio y de su ruptura. En la universidad conoció a un geólogo, Mijael Gonen, se casó con él y, poco a poco, una enrarecida distancia se abrió paso entre los dos. Con rara habilidad, el autor logra captar los mínimos matices del carácter y del sentimiento, saca a la luz, con lucidez y delicadeza, los motivos de la frustración y del sufrimiento, y llega al origen del progresivo encerrarse de Jana en un mundo trepidante de maravillosas aventuras imaginarias, fantasías sexuales y terribles pesadillas, en el cual su querido y tranquilo Mijael nunca logrará penetrar. Como telón de fondo de esta magnífica novela psicológica, la silueta de una ciudad, Jerusalén, en los años cincuenta, sobre la que aletea el espectro de la guerra

‘Los judíos y las palabras’. ¿Por qué las palabras son tan importantes para los judíos? Oz y la historiadora Fania Oz-Salzberger engranan hábilmente personalidades de todos los tiempos, desde el autor anónimo y probablemente femenino del Cantar de los Cantares hasta los oscuros talmudistas o los escritores contemporáneos, para explicar la relación esencial que existe entre los judíos y las palabras. Mezclando la narración y la labor de investigación, la conversación y la argumentación, padre e hija cuentan las historias que se ocultan tras los nombres, adagios, disputas, textos y chistes más perdurables del judaísmo. Ambos argumentan que estas palabras componen la cadena que conecta a Abraham con los judíos de todas las generaciones posteriores. Lírica y humor se fusionan en este viaje a las palabras que conforman el corazón de la cultura judía y tiende una mano al lector para que se una a la conversación.

‘La historia comienza. Ensayos sobre literatura’. Algunos grandes escritores escriben y vuelven a escribir cientos de veces la primera frase de su libro, y nunca pasan de ahí. Otros desisten y, quizá desesperados, deciden empezar con lo primero que se les ocurre. Comenzar a contar una historia, dice Amos Oz, es como intentar conquistar en un restaurante a una persona totalmente desconocida. En el análisis que hace de los fragmentos iniciales de algunas novelas y relatos de Gógol, Kafka, Chéjov, Carver o García Márquez, así como en sus referencias a otros clásicos de la literatura universal, Oz desafía, guía y entretiene. Además, explora con humor y pasión el motivo por el cual el comienzo resulta tan importante como el final, analizando esos primeros párrafos donde los autores hacen promesas que tal vez no cumplen, o lo hacen de una manera inesperada…