Plan para una semana de verano: acordarse de que existe el Museo Naval y que el Arqueológico Nacional ya está abierto de nuevo y modernizado.
Vamos a llamarlo “El último viaje de la fragata Mercedes”, en realidad el barco era Nuestra Señora de las Mercedes, un navío de la Armada Real hundido a principios del siglo XIX y que fue encontrado, investigado y expoliado por la empresa de cazatesoros Odissey. Sólo volvió el oro y la plata y lo encontrado a España después de un larguísimo litigio internacional entre la empresa, el gobierno español y donde las autoridades de EEUU ejercieron de árbitro. Al final ganó España, todo el tesoro regresó a casa y fue atesorado entre varios museos, y que ahora se convierten en una exposición de cara al público nacional repartido entre el Museo Naval y del Museo Arqueológico Nacional (MAN), ambos en Madrid, después éste de una profunda remodelación.
Los organizadores lo exhiben como un triunfo, un paso más para abrir camino en un ámbito donde España ha estado muy perdida: la arqueología subacuática. Con decenas de barcos de todas las épocas hundidos en nuestras costas, España ha pasado del tema, literalmente, hasta que algún cazatesoros con alma de corsario (en su gran mayoría norteamericanos y británicos) se zambullen a por ellos. La muestra quiere servir no sólo como una exhibición del tesoro, que es patrimonio nacional, sino también como una llamada de atención de cara al público de la importancia de la protección del patrimonio subacuático, dando a conocer el contexto histórico de la época y las circunstancias del hundimiento del buque de la Real Armada en una explosión. Más de 500.000 monedas de plata y oro y restos de objetos pertenecientes a la tripulación.
La muestra se divide en siete ámbitos principales: ‘España, Europa y América hacia 1800’; ‘La última misión’; ‘El combate del cabo de San Vicente’; ‘Caudales, frutos y otros efectos’; ‘Una historia irrecuperable’; ‘El proceso judicial en defensa del Patrimonio Cultural Subacuático’ y ‘La Historia como objetivo: la protección del Patrimonio Arqueológico Subacuático’. Los fondos de la exposición incluyen documentos clave para la resolución del caso judicial, piezas originales del siglo XVIII, testimonios de supervivientes y restos de la fragata. , además de recursos audiovisuales, escenografías, reconstrucciones y modelos a escala que permiten al visitante conocer la historia a través de un viaje al pasado y vivir la experiencia de navegar y combatir en una fragata española de los albores del siglo XIX.
Monedas encontradas en la Mercedes
Por otra parte, el Museo Naval, con el subtítulo ‘La razón frente el expolio’, presenta las características de la construcción de la Mercedes, su misión, el contexto histórico-militar y las circunstancias que rodearon su voladura con las guerras napoleónicas de fondo. La historia de Diego de Alvear y el mencionado navío se remonta a 1802, año en el que el almirante regresaba a España. La fragata partió del Callao rumbo a Cádiz para un largo viaje que duraría dos años por la distancia y las escalas comerciales que se planearon. Cuando la Mercedes se encontraba ya frente a las costas portuguesas, el comandante De Alvear, desde otro navío, vio cómo la fragata española explotaba tras un ataque inglés llevándose consigo a su esposa, a siete de sus ocho hijos y toda su fortuna.
El tesoro de la Mercedes
El tesoro de la fragata Nuestra Señora de Las Mercedes, extraído del fondo del mar por la empresa cazatesoros Odyssey y recuperado, tras una ardua batalla legal, fue destinado en diciembre de 2012 al Museo Nacional de Arqueología Subacuática (ARQUA) de Cartagena, su destino definitivo. Las 14,5 toneladas de carga recuperadas de la fragata española se trasladaron desde las cámaras acorazadas de los sótanos de la Secretaría de Estado de Cultura de Madrid hasta el ARQUA en medio de un gran dispositivo de seguridad.
No es para menos, viajaban cientos de miles de euros en monedas, oro y otros objetos de aquel barco español protagonista, siglos después, de un auténtico culebrón internacional entre EEUU, España y unos cazatesoros. Fue en el ARQUA donde se realizaron los trabajos técnicos para la catalogación, supervisión, restauración y normalización de los bienes recuperados por Odyssey. En total 574.553 monedas, de las cuales 212 serían de oro, 309.396 de plata y el resto (unas 265.157) son concreciones (monedas apelmazadas) de metal plata. Pertenecen al sistema monetario español de la época de los Borbones (Carlos III y Carlos IV), emitidas entre finales del siglo XVIII y principios del XIX, con el año 1804, fecha del hundimiento de la fragata como fecha más reciente.