La serie regala guiños a diestro y siniestro a muchas de las cintas más emblemáticas de todos los tiempos. Los adorables personajes amarillos son una esponja y llevan parodiando escenas carismáticas del séptimo arte durante más de dos décadas.

A Nikki McKenna le gusta el skateboarding; es bipolar y novia de Bart. El primogénito de los Simpson cae del tejado de la escuela y la enamorada se abre paso entre la jauría de críos con su monopatín púrpura estilo años 70. “Apártense, yo le reanimo”, grita la salvadora, desafiando al director Skinner (“Nikki, ¡no! Prefiero un niño muerto a una demanda de tus padres”). La pequeña practica el boca a boca al herido y en su vuelta a la consciencia, el rebelde Bart imagina una cadena de intercambio de fluidos de cine. Demi Moore y Patrick Swayze se lo montan detrás de un torno de alfarero, Spiderman se desliza por la fachada del revés y Mary Jane lo retiene con sus labios, la Dama y el Vagabundo se encuentran al final de un espagueti y Nyota Uhura tropieza con el morro de un Spok inexpresivo. Wall-E y Eva también se unen a una fiesta por la que desfilan la teniente Ripley, los simios que incordiaban a Charlton Heston y los arrumacos de ‘Los puentes de Madison’. Suena la melodía de ‘Cinema Paradiso’ (1988) y nos imaginamos a Totó, visionando en su butaca el montaje que Alfredo le regaló al fallecer, una cinta con todas las escenas de besos y abrazos que el sacerdote local le obligó a eliminar en las proyecciones.

Este drama de Tornatore supone un retrato sentimental de la Italia de la posguerra y una declaración de amor al séptimo arte, debilidad también de la serie de Matt Groening. Ésta a ‘Cinema Paradiso’ es solo una del sinfín de referencias al celuloide que contiene Los Simpson desde finales de los 80 hasta hoy. Nos hemos hecho mayores viendo a Homer escaquearse de ir a misa para bailar en calzoncillos al ritmo de ‘Old time rock and roll’ (como Tom Cruise en ‘Risky Business’, 1983) o experimentando aquello que sentía Jared Leto al consumir heroína en ‘Réquiem por un sueño’ (2000), aunque, en su caso, por probar la nueva costilla Krusty; así como llevando en brazos a Marge en el trabajo como todo un Richard Gere (‘Oficial y caballero’, 1982).

Hemos sonreído cuando Bart sisaba a su progenitor y era perseguido con la sintonía de ‘En busca del arca perdida’ (1981) y cuando el abuelo emulaba a Chaplin en ‘La Quimera del oro’ (1925) con dos panes y dos tenedores; también cuando Moe imitaba a Travis Bickle (Robert de Niro) en ‘Taxi Driver’ (1986) frente al espejo (“¿Me estás hablando a mí? ¡No hay nadie más aquí!”) y cuando el señor Burns intentaba atizar con un bate a uno de los miembros del comité que negó a Homer la admisión a la Universidad como lo haría Al Capone (Robert de Niro) en ‘Los intocables’ (1987).

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Jack Nicholson le enseñó el camino a Homer en un especial de Halloween

No podía faltar en la lista de homenajes el hombre de afán perfeccionista que regaló al cine una docena de obras maestras. El simbolismo de Kubrick se proyecta en el cabeza de familia, que se vuelve loco en la mansión de su jefe después de que Burns se deshaga de la Duff y la tele por cable para que los Simpson cumplan con su trabajo, vigilar la estancia. “No por mucho madrugar amanece más temprano”, teclea el clon amarillo de Jack Torrance (Jack Nicholson) una y otra y otra y otra vez en esta ‘Noche de Brujas’. La luz de un rayo permite adivinar los garabatos que adornan las paredes: “Sin televisión y cerveza Homer pierde la cabeza”. Marge chilla y, al igual que Wendy en ‘El resplandor’ (1980), se defiende con un bate desde los escalones, por los que se desliza el protagonista, quien también, como Jack, acabará encerrado en la despensa. Marge aprovecha para cocinar: “Mmmm, paté para la cena”. Mientras, Bart emplea su don para establecer diálogo con Willie, el jardinero.

La siesta y el sillón vibrador

Del Homer perverso al Homer fantasioso y al perezoso y primitivo. El personaje sueña (despierto) con montarse en una bomba atómica, ondeando un sombrero para lanzárselo a los beatnicks, al igual que Kong en una de las últimas escenas de ‘Teléfono rojo, ¿volamos hacia Moscú?’ (1964) y en otro capítulo se acuesta sobre un monolito, inventándose la siesta, mientras los demás homínidos idean las herramientas en una parodia del inicio de 2001. ‘Una odisea del espacio’. El protagonista ve figuras de colores en otra ocasión y sus ojos mudan el color en cada parpadeo al acomodarse en un sillón vibrador, en referencia al viaje interestelar de Bowman. El filme nos conduce al final a la habitación del astronauta, similar a la de Burns en ‘Springfield o cómo aprendí a amar el juego legalizado’.

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Dos guiños: el primero a ‘Goldfinger’ y uno de muchos hacia ‘La Naranja Mecánica’

Lisa también participa del reconocimiento a “don” Stanley. La mediana de la familia conecta una batería a un pastelito en un proyecto de ciencias para que su hermano reciba la corriente y genere pavor al dulce. La imagen en la que el chico intenta alcanzar dos bollitos con sus respectivas guindas, haciendo las veces de pezones, es calcada a aquella en la que Alex Delarge lucha por agarrar los pechos de una mujer desnuda tras cumplir con el tratamiento Ludovico en ‘La naranja mecánica’ (1971). Ambos tiemblan y se desploman. Los ojos del Ayudante de Santa Claus también se dilataron. Smithers le aplica las gotas, al igual que los médicos al personaje interpretado por Malcolm McDonald, y Burns le explica al perrito: “Esta es una película que te convertirá en un despiadado asesino”. Los guionistas hacen justicia al can y en otro momento el jefe de Homer cae por la ventana del piso más alto (Delarge se daña de una manera similar) y al abrir su boca experimenta un “click” calcado al de Álex al ser alimentado por el Ministro del Interior.

Homer se libró por muy poco de otro accidente. Esta vez como Gary Grant en ‘Con la muerte en los talones’ (1959). Papá Simpson quiere detener la furgoneta del hombre del cable y para no terminar atropellado se echa al asfalto como el protagonista de la cinta de Hitchcock, otro de los directores guiñados por la serie. Mientras, Hans Topo se resguarda en una cabina cuando las aves del refugio emprenden su ataque, tal y como hiciera Melanie Daniels (Tippi Hedren) en ‘Los pájaros’(1963), filme también recordado en otras escenas como aquella en la que Homer recoge a Maggie de la guardería (los bebés están callados, como cuando Rod Taylor abandona su casa mientras los animales permanecen en calma) y a la salida vemos al propio realizador, paseando a dos perros.

Maggie ataca a su papá

Pero la pequeña de la familia se despierta en otra entrega y ataca a su padre con un mazo mientras éste monta su cuna sin mucha coordinación. Él se cae como consecuencia del golpe y se agarra a la cortina, arroja un bote de pintura rojo cuyo contenido avanza hasta el desagüe. Descubrimos cómo es el ojo de Homer de cerca. Un primer plano de su pupila nos recuerda a la escena de la ducha de Marion Crane en ‘Psicosis’ (1960), título que también hallamos en otros momentos de la animación como cuando Moude Flanders espía a Marge a través del agujero de la pared como Norman Bates a la asesinada; cuando el actor secundario Bob entra en su suite nupcial, esperando hallar muerta a Selma tras provocar una explosión (pero con quien se topa es con su sobrino, al girar la silla, como Lila Crane con el esqueleto de la madre de Bates); o cuando el director Skinner vigila a su madre desde la ventana de su despacho en un hogar copia del de Norman.

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El Actor Secundario Bob como Robert de Niro en ‘El cabo del miedo’

La desgracia en ‘Psicosis’ se escondía en el desván. En ‘Vértigo’, en la torre del campanario. Hasta allí soñaba Ned Flanders que subía para disparar a todos los que guardaban parecido con su vecino. Y para pesadilla la que sufren diariamente los Simpson con tres vástagos en casa. Bart y Lisa persiguen a sus padres mientras éstos huyen para disfrutar de unas vacaciones. El momento parodia los títulos de crédito de ‘Atrápame si puedes’ (2002) (aviones, escaleras, azules y negros y la misma melodía).

Más referencias al cine de Spielberg residen en la película que presenta Burns en el Festival de Cine de Springfield (“Yo estaré aquí”, le dice Montgomery a Elliot, señalándole el corazón, como en la despedida del pequeño y ET antes de regresar a su planeta); en el recuerdo del viaje a la playa, donde padre e hijo buceaban con una aleta de tiburón de plástico, provocando la espantada, al igual que dos niños en ‘Tiburón’ (1975); y en la mirada de desesperación de los miembros de la familia cuando Homer modela el puré de la misma forma que Richard Dreyfus en ‘Encuentros en la tercera fase’ (1978). Dibuja una carpa de circo: “Se acabó, voy a entrar a la escuela de payasos. Me he sacrificado mucho por vosotros”. Dreyfus acaba llorando: “Habréis notado que a papá le pasa algo extraño”.

Por supuesto, la serie tampoco se olvida de Scorsese. Tony El Gordo, y sus mafiosos contratan a Bart de barman (al parecer el chico prepara un Manhattan para morirse de gusto) y la confianza comienza a multiplicarse. ‘Uno de los nuestros’ (1990) nos deleitaba con aquella escena en la que Henry (Ray Liotta) gestiona su primera cita con Karen (Lorraine Bracco). Bart y Nelson, como la pareja, entran por la puerta trasera para no esperar. Ellos llegan en este plano secuencia al comedor de clase, donde actúa Willie; y los intérpretes, al Copacabanna, donde se gana la vida El rey de la comedia, Henry Youngman. “La vida era perfecta…”, resumía Bart. Desde luego más en esa época que cuando Bob sale de prisión. El personaje de pelo alborotado se arrima al objetivo, emulando, con su mismo atuendo y tatuajes incluidos, a Max Candy (De Niro) en ‘El Cabo del miedo’ (1991). Comparten estilismo, sus celdas se antojan parecidas (donde efectúan flexiones) y se encuentran con las familias de las que quieren vengarse en el cine. Bob persigue a sus víctimas hasta el lago del terror y se esconde bajo el coche, como Candy (aunque luego se estampa con los rastrillos. Memorable escena).

‘Drácula’ y ‘La mosca’

De soldados y mafiosos

Y vamos con Francis Ford Coppola. ¿Recuerdas el espectáculo para entretener a las tropas de Vietnam en ‘Apocalypse Now’ (1979)? Los soldados cabreados destrozan el escenario y los anfitriones huyen en helicóptero como Bob Hope y Lisa tras ser coronada reina de la belleza de Springfield: “Pero si es una niña. Primero cancelan lo de Madonna y ahora esto”, se escucha. La pequeña lo pasó también fatal el día en el que descubrió el pony que su padre quería regalarle para que le perdonara. La niña aparta la sábana, al igual que el productor de cine Jack Woltz cuando descubre la cabeza ensangrentada de su caballo sobre la cama en venganza por no fichar al ahijado de Corleone para protagonizar su cinta. Idéntica escena de ‘El Padrino’ (1972) se remeda en el capítulo ‘La cabeza chiflada’, donde Bart amanece con el busto de la estatua de Springfield. Por cierto, el chico será atacado con bolas de nieve al estilo Sonny Corleone (aunque éste lo resuelve a tiros, claro), personaje emulado por Marge para golpear a un asaltante en la misma barandilla y arrastrarlo hacia el agua, al igual que Sonny a su cuñado Carlo Rizzi.

Los guionistas se recrean en la película. Lisa sospecha de Michael (con tirantes y corbata, como Pacino) y éste le responde que no se meta en sus negocios. Idéntica contestación recibió Diane Keaton en el final del filme. Igual de trajeados se presentan los ladrones de ‘Reservoir Dogs’ (1992) para robar los diamantes (Lisa camina con los animales que adopta de la misma manera que los mercenarios). El propio Tarantino irrumpe en la tortura de Pica a Rasca, que termina sin oreja, mientras se escucha ‘Stuck in the middle with you’, de los Stealers Wheel. El director termina descabezado. El ratón desata al gato y juntos bailan ‘You never can tell’, la canción de Chuck Berry que se escuchaba en el Jack Rabbit Slims de ‘Pulp Fiction’ (1994). La película veinteañera también es homenajeada en la persecución a Snake, quien atropella al policía, que engulle rosquillas en el paso de cebra (Butch se quita de encima así a Marsellus Wallace).

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Willie como Freddy Krugger y un guiño a ‘El último hombre vivo’

Pero parece que entre las historias preferidas de los creadores figuran ‘El planeta de los simios’ (1968), ‘El mago de Oz’ (1939) y la saga de James Bond. Los niños no quieren acudir a la iglesia y los padres van tras ellos, entre la vegetación, como los simios tras los humanos. El padre de Milhouse también lo persigue a caballo y las víctimas son amarradas al cuello con correas. En otra temporada, Homer cae en la cuenta durante la presentación de los próximos viajeros espaciales que el planeta de los simios era la tierra postapocalíptica y reacciona igual que George Taylor (Charlton Heston). “Malditos, lo arruináis todo. Maldita sea”, grita Taylor al visualizar la estatua de la Libertad enterrada. “Malditos seáis todos”, farfulla nuestro protagonista con su mandil rosa. Treinta años antes Dorothy juntaba los tacones de sus zapatos rojos.Patty y Selma salen volando en sus mecedoras como consecuencia de un tornado y los custodios de la mansión del señor Burns cantan la misma canción que los de la bruja. Ambos disponen de ayudantes alados. Mientras, el padre Simpson recita un teorema matemático (cuando se coloca las gafas de Henry Kissinger que descubrió en un retrete) semejante al del espantapájaros tras recibir el diploma de Doctor en Piensología. Aunque en el caso de Homer, un tipo le corrige desde la poltrona: “Eso es el teorema del equilátero, idiota”.

La tercera de las mencionadas, la saga Bond, se ve reflejada en escenas como aquella en la que Bart se hace un tatuaje (recuerda a cuando 007 es aprisionado con el láser, como Pica cuando acude al veterinario en otro momento de la serie) o ésa en la que Homer salva a la central de una explosión nuclear (el marcador se detiene en 007). Además, Miss PennyCandy, la asistente de Krusty, se asemeja a Miss Moneypenny, la secretaria de M, jefa de Bond; un muñeco del personaje se derrite en el microondas de la familia cuando el chico acaricia a Bola de Nieve; Milhouse pide el precio de una foto de Sean Connery acicalado como el personaje de Ian Fleming para entrar al cuarto de baño de la tienda de cómics y el cabeza de familia reparte cartas al mismísimo Bond cuando ejerce de croupier en el casino de Springfield. Por si esto fuera poco, Burns y Auric Godlfinger disponen de la misma maqueta bajo su despacho y Blair sale disparado gracias a un jet pack como el de ‘Operación Trueno’ cuando Los Simpson son recibidos por el ministro en Inglaterra.

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‘Viaje alucinante’ y una parodia de ‘Mr y Mrs Smith’

La cosa no acaba ahí. ‘Sólo se muda dos veces’, capítulo de la octava temporada, funciona como oda completa a Sólo se vive dos veces (1967) (y detalles de ‘Panorama para matar’, 1985, entre otros títulos). El marido de Marge se incorpora a su nuevo empleo, en Globex Corporation, la guarida del villano Scorpio, y mientras se distrae con arduas tareas como conseguir que la máquina de patatas fritas y similares acepte su dólar, el terrorista internacional atiende a un buen amigo, como ocurre en Goldfinger con James Bond. Según avanza la trama, Homer atiza a un clon animado de Sean Connery, asesinado como en la escena de láseres. Pero antes, la señora Goodthighs, de ‘Casino Royale’ (1967), disfruta de un cameo, atacando a un personaje parecido al general de la Armada de los Estados Unidos, Norman Schwarzkopf. El tema que clausura el episodio parece otro guiño a las cintas de Bond. Finalmente, los productores no consiguieron que Shirley Bassey, habitual en las bandas sonoras, cediera su voz.

La manta verde en el descapotable

Otras películas míticas disponen de su espacio en alguna de sus 26 temporadas. Por ejemplo, en la segunda parte de ‘Regreso al futuro’ (1989), Marty McFly se esconde en la parte trasera del descapotable de Biff cubierto con una manta verde, idéntica a la que Bart utiliza para hacer lo propio en el auto de Fred Quimby; mientras que Homer descubre las teclas de un piano de grandes dimensiones similar al de ‘Big’ (1988), caminando por una juguetería (a Tom Hanks le aplauden pero su actuación termina con humareda). En el filme de Penny Marshall, Josh (Hanks) enseña a su amigo su piso repleto de juguetes como Bart a Milhouse con su nueva casa (pululan por allí el dinosaurio hinchable y la canasta). Los que también merodean por nuestra memoria son Robert Redford y Dustin Hoffman. Y es que Lisa se afana en demostrar el amaño de Bob para ganar las elecciones a alcalde y revisa uno por uno los votos de sus paisanos en un plano cenital calcado al de ‘Todos los hombres del presidente’ (1976) durante el caso Watergate. Redford se reunía con “Garganta Profunda” en el aparcamiento y los hermanos Simpson lo hacen con un Smithers oculto y fumador (hasta que aparece Homer para proyectarle los focos).

Los niños también toman el mando en aquella ocasión en la que violan el toque de queda y acuden al cine a ver una cinta que recuerda a ‘El pueblo de los malditos’ (1960), donde un grupo de satánicos nacidos simultáneamente controla las mentes. Son también los menores rubios los que sacan el ventilador a paseo en la ficción de Groening. “Ha estado hurtando pasteles”, le recrimina uno de ellos al policía. “Sabemos que usted ha hecho travesuras con el pescadero”, le suelta a otra ciudadana. También vemos antorchas y ojos azules de ciencia ficción por doquier. Otro inocente que pagó los platos rotos fue Milhouse, acusado por Bart en una imitación de ‘El Fugitivo’ (1993). Para escapar, el pequeño de pelo azul se lanza a la catarata cual Harrison Ford. Otra referencia a este largometraje la vemos cuando Homer es esposado y trasladado a la cárcel. El coche sufre un accidente y escapa como el doctor Richard Kimble (mientras Wiggum recoge su hamburguesa).

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Dustin Hoffman, Tom Cruise y Homer en la misma escena

Homer, sin embargo, permanece sentado si se trata de la parada del autobús. Espera con una caja de bombones en el regazo (Tom Hanks, en ‘Forrest Gump’, 1994), aunque se le incrusta una pluma en un ojo y se acaba la paz. Guerra es lo que quiere Willie, quien durante el interrogatorio por el intento de asesinato de Burns cruza las piernas a lo Sharon Stone en ‘Instinto Básico’ (1992). Claro, que Willie calza una falda escocesa, así que sólo se escucha el correspondiente “puaggggg”. Y es que ‘El mundo está loco, loco, loco’ (1963), como Springfield (Barney estrella su avioneta en un anuncio de cerveza Duff y todos excavan en la Gran T al final del capítulo en busca del tesoro enterrado).

Tendrá que venir Marge a instaurar la calma, antes de fugarse a lo ‘Thelma y Louise’ (1991) con baile country y salto al precipicio, recordando su infancia (corre hasta el agua junto a sus dos hermanas para zambullirse formando un círculo similar al de ‘El príncipe de las mareas’, 1991) para olvidar que en otro momento (‘La Casa del Árbol del terror’) atropella a Ned Flanders al estilo ‘Sé lo que hicisteis el último verano’ (1997). Pobre vecinito, él, que abrió un “zurdorium” con todo su empeño, celebrando la apertura con su familia, al igual que James Stewart en ‘Qué bello es vivir’ (1946) y que acompañó a Homer en su particular ‘Resacón en Las Vegas’, 2009 (con matrimonio de desconocidas de por medio, un tigre, Mike Tyson y surrealistas personajes que nos llevan a ‘Miedo y asco en las Vegas’, 1998).

La ruleta rusa

Krusty es otra víctima. En la trasera del bar de Mou se juega a la ruleta rusa con idéntico procedimiento que en ‘El Cazador’ (1978). El oriental que maneja el cotarro parece casi tan malvado como Bart cuando su padre lo describe, comparándolo con Cagney, de ‘El enemigo público’ (1931). El niño también le estampa la comida en la cara después de que su padre le manifieste: “Hijo, yo te quiero mucho”. “Le pinta bien”, pensaría el hombre de la casa cuando el rebelde pelopincho compra un teletransporter al señor Frink y se convierte en una mediomosca (‘La Mosca’, 1986). De nada le sirvió practicar la grulla de ‘Karate Kid’ (1984) antes de enfrentarse a Todd Flanders . Pero Homer recoge la gloria al ser coronado El Elegido (la escena en la que se encuentra con sus súbditos recuerda a la de ‘El último emperador’, 1987; ese momento en el que Pu Yi ríe y salta). Ya era hora, que el hombre casi la palma cuando Barney intenta ahogarle con la almohada en el hospital en un homenaje a la secuencia de ‘Alguien voló sobre el nido del cuco’ (1975). Bart confundirá en otro momento al trabajador de un casino parecido a El Jefe con un residente del asilo.

Tampoco se salió con la suya Grinch Burns (1966). Los empleados cantan pese a haberles cortado la luz: “Cantan sin lavadoras, cantan sin licuadoras, cantan sin batidoras, sin televisiones, sin secadores…”. El jefe de Homer quiere tomar el lugar del Grinch, también el de Jesucristo en ‘Ben-Hur’, 1959, (acerca agua al sediento) y el de Orson Wells en ‘Ciudadano Kane’ (1941), pronunciando su última palabra, “Boby” (quería su osito), dejando caer la bola de nieve. Por cierto, Smithers ejecuta una coreografía a un empleado de la planta nuclear obligado a jubilarse parecida a la que recibe Kane.

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Mientras, Homer se coloca en el sitio de Scarlett O’hara ese día en el que decide hacer dieta, poniendo a dios por testigo y jurando que no habrá más “chuletas de cerdo, ni rosquillas, ni pizzas de camarones”. Existen otras referencias a ‘Lo que el viento se llevó’ (1939) como el momento en el que los niños heridos en la cama elástica son situados en hilera (como los soldados durante la Guerra de Secesión) o la caída por las escaleras de Skinner tras ser abandonado por Patty (luego se repone y pronuncia otra frase de la protagonista, “mañana será otro día… de clase”). También hay sitio para el amor en el corazón del entrañable abuelo Simpson, quien coquetea con Beatriz Simmons mientras toman sus medicinas como lo hacían en ‘Tom Jones’ (1963). Después interrumpiría la boda de la madre de Marge como Dustn Hoffman en ‘El graduado’ (1967), golpeando el cristal y terminando en el autobús con la novia con cortina musical de ‘The sound of Grandpa’, aplaudiendo la canción de fondo que se escucha en la película, ‘The sound of silencie’, de Simon and Garfunkel. Hoffman, además, es la estrella invitada en ‘El sustituto de Lisa’. Es profesor y recibe una propuesta de Edna tan indiscreta como en la cinta.

Los Simpson reciben también la visita de ‘La Gran Evasión’ (Maggie huye de la guardería con la estrategia de Steve McQueen en la peli de 1963); ‘Batman’ (Lisa pide el espejo a su dentista para ver su rostro, como Jack Napier al convertirse en el Joker); ‘Terminator 2’ (Homer se agarra al coche de Flanders con los palos de golf, Smithers dispara sobre el robot pero éste se regenera y Willie toma las formas de sus víctimas al caer sobre el acero fundido) o Alien (Pica sale del estómago de Rasca destrozándole las entrañas como el bicho a Jonh Hurt).

A ellas se unen otros títulos como ‘El guardaespaldas’ (Homer coge en brazos a Mark Hamill, apartándole de los fans), ‘Godzilla’ (los Simpson salen ilesos); ‘Drácula’ (la vestimenta y el peinado de Burns); ‘The reclutant astronaut’, 1957 (Homer también es reclutado por la NASA y deja la comida flotando a su alrededor); ‘La dama y el vagabundo’ (el beso entre Homer y Mindy después de comer un perrito caliente); ‘Viernes 13’ (monitores, campamente de verano y la música de la película de fondo) o ‘Un día en Nueva York’ (con Milhouse cantando “Springfield, Springfield”) y ‘Desafío total’ (Rasca lanza a Pica al espacio exterior, le roba el casco y su cabeza se hincha por efecto de la presión). Y ahora, a callar, sentémonos en el sofá, que es la hora Simpson.

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