Tras la Gran Guerra, y haciendo responsable a la vanguardia más radical del desorden histórico, moral y cultural, se propuso en casi toda Europa una “vuelta al orden”, un retorno a la seguridad y serenidad que proporciona el clasicismo. Estos artistas fueron su estandarte. La exposición ‘Retorno a la belleza’ (hasta el 4 de junio) en la Sala Fundación Mapfre Recoletos analiza esta reacción esteticista del periodo de Entreguerra.

Imagen de portada: ‘Ritratto di Renato Gualino’ (1923-24) – Felice Casorati

La exposición cuenta con préstamos de numerosas colecciones particulares e instituciones internacionales, entre las que cabe destacar la Pinacoteca di Brera, el Museo del Novecento de Milán, el Musée d’Art Moderne de la Ville de París, la National Gallery de Praga o el Museo Morandi, entre otros. En la Italia de la primera y segunda década del siglo XX, los ecos de la gran tradición mediterránea fluían de forma leve, pero constante, para intentar acallar años de vanguardias. Después de la desolación de la Gran Guerra, un grupo numeroso de artistas se sumergió en algunos de los episodios memorables de su pasado histórico para desarrollar el tema de la belleza como eje central, unido a otras cualidades necesarias y entonces ausentes: el equilibrio, el sosiego y la eternidad.

En esa búsqueda de la belleza no solo retomaron la temática y el sentido de la composición propio de la Antigüedad y del Renacimiento, también incluyeron la atmósfera de misterio, la solemnidad del gesto y el idilio con la naturaleza. No obstante, su admiración por el pasado no fue una simple mímesis, al contrario, pintores como De Chirico, Carrá, Morandi, Casorati, Donghi y otros coetáneos supieron extraer del clasicismo una figuración renovada e imaginativa con altas dosis de modernidad. Los artistas italianos sintieron que ese regreso a la tradición, conocido internacionalmente como Vuelta al Orden, sería el bálsamo infalible para atemperar la devastación sufrida y la ausencia de esperanza.

‘Concierto’ (1924) – Casorati

Las cuatro claves de la época artística

Influencias: los artistas se inspiraron en las épocas y en las temáticas más admiradas de la historia del arte italiano, la estatuaria grecorromana y los siglos XIV y XV. Giotto, Masaccio, Mantegna y della Francesca fueron los autores más decisivos. El Picasso neoclásico de los primeros años veinte también influyó en la obra de algunos autores. Bienestar del espíritu: la búsqueda de la belleza intemporal, el lenguaje de los valores sólidos y la poesía de una serena meditación fueron propósitos constantes en sus obras. El fin era confortar el espíritu humano por la tragedia bélica.

Valori Plastici“: la publicación editada en Roma entre 1918 y 1922 bajo este nombre fue el instrumento de transmisión por excelencia para difundir las ideas necesarias y recuperar el valor de la tradición pictórica italiana. Novecento italiano: es la más alta expresión de Regreso al Orden en Italia. La elección del nombre, Novecento, se debió al deseo de vincularlo con los siglos de oro del arte italiano, Trecento, Quattrocento y Cinquecento, orientándolos hacia un clasicismo moderno.

El arquitecto (1922-23) Mario Sironi

‘El arquitecto’ (1922-23) – Mario Sironi