Como todo gran género creativo, la ciencia-ficción ejerce muchas veces más de lienzo sobre el que pintar con palabras, sonidos e imágenes que de eje central. Lo puedes usar como vehículo para otros formatos o géneros, desde el terror a la comedia pasando por el thriller, la crítica política, la distopía, la utopía o incluso como excusa para lo que nunca es ciencia-ficción (lo que hacen Marvel y Lucasfilm, porque no, Star Wars y los superhéroes pueden recibir esas etiquetas pero no son ciencia-ficción, o incluso Men In Black). ‘High Life’ es un buen ejemplo.