Nada le gusta más a los británicos que recrearse en su Historia, exhibir al resto del orbe su pasado (brumoso, lleno de épica disfrazada de leyenda, gloria y miserias) como si fueran un pueblo único. Lo que les diferencia de verdad es el músculo audiovisual, apoyado por el mercado norteamericano. Gracias a eso tenemos series como ‘Los Tudor’, ‘Vikingos’ o la que estrenaba nueva temporada el pasado 19 de noviembre en Netflix, ‘The Last Kingdom’.