Un viaje a un tiempo anterior, cuando los primeros exploradores llegaron al norte de Tenerife, poblada entonces sólo por guanches, y esa gran falda era puro verdor y naturaleza salvaje a los pies del Teide, cuando era el mirador del Atlántico.
Un viaje a un tiempo anterior, cuando los primeros exploradores llegaron al norte de Tenerife, poblada entonces sólo por guanches, y esa gran falda era puro verdor y naturaleza salvaje a los pies del Teide, cuando era el mirador del Atlántico.