Este año ha sido bueno para la arqueología que fija su mirada en Grecia: por fin se comprobó que se había encontrado la tumba de Filipo II, rey de Macedonia y uno de los mayores líderes bélicos y políticos de la historia de la antigua Grecia, sólo eclipsado por su hijo Alejandro Magno, cuya tumba siguen buscando aunque probablemente ya sea sólo polvo.