Puede que se acuerden muchos de ella en sus inicios, cuando arrancó el siglo y parecía una niña de ojos enormes, morena, voz tersa pero contundente y con un talento enorme para el piano, el jazz, el blues y el soul. O para lo que quiera mezclar: nueve premios Grammy y más de 40 millones de discos vendidos dan margen para grabar y componer lo que quiera.