La publicación en forma de ensayo de estudios sobre medio ambiente y el ciclo del agua escritos por Leonardo da Vinci en el siglo XV sirven para demostrar, una vez más, que se adelantó en siglos a su propia época, una rara avis humana que sirve de excusa para resaltar una figura que fue un pintor brillante pero todavía mejor soñador y pionero, un oficio siempre ingrato y desmemoriado. Dos ejemplos recientes son ‘El libro del agua’ (publicado a finales de 2017) con sus estudios sobre hidrodinámica y la forma en la que se anticipó a las leyes de la fricción física en 1493.