Ya se conoce la temporada 2015/2016 del Centro Nacional de Difusión Musical (CDNM), la gran apuesta pública para programar música y difundirla a todos los niveles, que incluyen sobre todo música clásica, jazz y flamenco.

Llega la mano de las arcas públicas para iluminar donde no llega la industria, donde sólo el interés de lo meramente artístico se consagra. El Centro Nacional de Difusión Musical (CNMD), institución que agrupa el Auditorio Nacional de Madrid, el Centro para la Difusión de la Música Contemporánea (CDMC) y el Centro de las Artes Escénicas y de las Músicas Históricas de León (CAEMH), empezó a rodar en 2011 para poner en marcha ciclos dispersos (ahora fusionados) y “abrir puertas” a otras músicas que normalmente no están en primera línea, desde la clásica “no clásica” (contemporánea, barroca, medieval…) al jazz (siempre maltratado) o el flamenco (con tirón pero que amplía fronteras).

Obras que viven dispersas, en una tumba prematura, compositores olvidados, estilos tan especiales que sólo pueden ser para minorías formadas… defectos de la cultura que son subsanados. Un “tour de force” por captar público para un programa que no pretende competir con festivales o ciclos que ya existen sino generar una demanda anual, un abanico amplio y rico que va más allá del clasicismo de siempre, concentrado en un puñado de nombres que son ya parte de la industria: Beethoven, Mozart, Bach, Tchaikosvky… hay mucho más allá. El CNMD da espacio, desempolva y encarga la única clase de música que es buena, interesante y en muchos casos más compleja que lo habitual, y con unos intérpretes que estén a la altura.

Para la próxima temporada (programación completa) hay 244 actividades programadas, entre ellas 190 conciertos (100 en Madrid, principal escenario del CNDM) y el resto en otras 19 ciudades. Para este año se incluye una salida exterior: Colombia y Portugal. Durante estos cuatro años de historia el centro ha difundido y recuperado obras históricas (un total de 130 y 80 en la nueva temporada), ha incentivado la composición actual (con el estreno de 146 nuevas partituras) y ha atraído a nuevos públicos con ciclos como el Bach Vermut. En total han sido más de un millar de espectáculos. Y ahora se expande, sobre todo fuera de Madrid. Y este mismo año (con la temporada 2014/2015 todavía sin terminar) han superado la barrera de los 100.000 espectadores acumulados en un año.

Para el próximo saldrán de España: en Bogotá habrá nueve conciertos de músicas de la época colonial, además de dos recitales del cantaor flamenco Arcángel y del violagambista Jordi Savall. En el apartado de músicas históricas se recuperarán 80 obras inéditas de compositores como José de Nebra, Cristóbal de Morales, Francisco Corselli o Juan Manuel de la Puente. Más contemporáneas serán las Series 20/21 y Liceo de Cámara XXI (44 conciertos con 51 nuevas partituras, 21 de ellas encargo directo). Entre los escenarios están el Auditorio 400 (MNCARS) del Reina Sofía, el Auditorio Nacional y otras ciudades como Alicante, Santiago de Compostela, Badajoz, Pamplona y León (obra integral para órgano de J.S. Bach en la Catedral).

También se consolida la apuesta por los ciclos de flamenco o las series Jazz o Fronteras; siguen también el Liceo de Cámara XXI y el Ciclo de Lied. También sigue adelante el apartado de residencias de destacados intérpretes y compositores: este año será Christian Zacharias, pianista y director de orquesta, en los ciclos Liceo de Cámara, Contrapunto de Verano y el Festival Internacional de Música y Danza de Granada. No estará solo: el compositor Alfredo Aracil estrenará dos la ópera sin voces ‘Siempre/Todavía’ y una obra para violonchelo.

Christian Zacharias