La sala Kutxa Kultur Artegunea muestra 135 fotografías de la fotógrafa Vivian Maier, de las cuales 33 nunca han sido expuestas antes en España. Hasta el 20 de octubre.
Vivian Maier (1926-2009) fue fotógrafa por afición y pasó su vida trabajando como institutriz en distintas familias, así que iba revelando las fotografías en la medida que podía. Su interés por la fotografía nació muy pronto. Hacia 1952 compra su primera Rolleiflex. En esta exposición, la comisaria Anne Morin, ha realizado una cuidadosa selección de obras, distribuidas en seis secciones que se corresponden con los temas que más interés despertaron en Vivian Maier: Autorretratos, Retratos, Escenas cotidianas de calle, Temas infantiles, Formalismo y Fotografía a color.
En los Autorretratos Vivian se muestra generalmente en un segundo plano, se esconde en un reflejo o en una sombra. Seguramente son sus obras más complejas, y más inquietantes. Marcaron de forma especial su trayectoria fotográfica. Realizó infinidad de ellos, tantos como posibilidades de descubrir quién era ella misma; algo que se proponía con insistencia. Sus Retratos capturan de manera magistral las diferencias de clase y presta especial atención a los dos extremos: indigentes y gente acomodada. Sus miradas y actitudes son parte de un retrato colectivo con una gran carga de contenido.
En las numerosas Escenas de calle, realizadas sobre todo en Nueva York y Chicago, Maier hace un repaso por su mundo circundante, enseñándonos cómo era, pero también qué ocurría, ya que en muchas ocasiones el certero disparo de la cámara detiene un momento con una alta carga narrativa. Simplemente fotografiaba lo que veía, pero tenía una mirada despierta, y lograba captar las pequeñas cosas, las verdaderamente importantes en la definición de cada persona o situación: un detalle, un gesto, una actitud, una inflexión en la realidad transformada en anécdota.
Vivian Maier tenía una gran empatía con los niños. No en vano trabajaba como niñera. La infancia es una constante de vital importancia en su obra y los niños son protagonistas, ya sea posando de forma individual, jugando en grupo o mirando fijamente a la cámara. Hay una serie de 13 fotografías más formales, donde Maier muestra claramente sus dotes en el manejo del contraluz, la composición, o el punto de vista, el encuadre y el equilibrio, hasta el punto de que el discurso queda, en ocasiones, en un segundo plano, y solo importa la construcción de la imagen.
A partir de los años 60 realiza fotografías en color con su Leica, de las que pueden verse 31 en esta sala. El cambio a una cámara mucho más ligera y con el visor situado a la altura de la mirada, respecto a la Rolleiflex que había usado hasta entonces, refuerza su contacto visual con las personas que fotografía. A la selección de fotografías acompaña otra de películas en super 8 mm, realizadas a partir de 1960, que nos permite seguir la mirada de Vivian Maier en movimiento. Como en sus fotografías, nos ofrece una experiencia visual, resultado de una observación discreta y silenciosa del mundo que la rodea.
Autorretrato (1953)
Escena de calle (años 50)
Nueva York (1950)
Kutxa Kultur Artegunea
Plaza de las cigarreras, 1 – Tabakalera. Donostia / San Sebastián