Mientras la India está a punto de colocar en órbita su primera sonda marciana, la NASA se adelanta y llega con MAVEN, el primer satélite atmosférico marciano.
Tanto MAVEN como la sonda hindú (MOI) trabajarán en paralelo para explorar la atmósfera marciana. Mientras que la India marca todo un hito (primer país no occidental en poner una máquina en Marte o en órbita planetaria), la NASA sigue con su amplio y ambicioso plan de conocer a fondo el planeta rojo de cara a lo que todos esperan para el futuro: el primer aterrizaje humano. MAVEN es el acrónimo de Mars Atmosphere and Volatile Evolution, un satélite y sonda que llegará el 22 de septiembre a la órbita de inserción (dos días antes que la MOI hindú), dirigida desde el centro espacial de Lockheed Martin en Denver (Colorado, EEUU) para colocarla en órbita elíptica de 35 horas de duración.
Después de su llegada se tomarán las cosas con calma: hay que ponerla en marcha, adaptarla, calibrarla y desplegarla, un proceso que durará varias semanas antes de que MAVEN empiece a operar. Es la primera nave espacial dedicada por entero a la exploración atmosférica del planeta vecino, un equivalente marciano a los satélites climáticos terrestres pero con instrumental adaptado. Se centrará principalmente en la atmósfera superior del planeta. Medirá con detalle, se fijará en determinados puntos concretos y escaneará la atmósfera para poder comprenderla mejor.
Esto implica comprender mejor de qué está compuesta esta atmósfera, sus cantidades, distribución y funcionamiento, incluyendo cómo escapan los gases en las capas lates y qué interacción tiene la atmósfera con el viento solar y con la luz solar. Según los miembros del equipo de Lockheed Martin en Denver, “MAVEN se centra en responder a preguntas como dónde fue el agua y el dióxido de carbono que estaban presentes en el Marte primitivo”, la gran pregunta que debería ayudar a comprender mejor su historia geológica, atmosférica y climática, y sobre todo abrir puertas para conocer cómo fue el proceso que llevó a Marte a ser como es ahora mismo, un mundo frío y seco que en su día tuvo (casi con toda probabilidad) mares y un clima mucho más “terrestre” que el actual.