Cada vez que los paleontólogos y genetistas indagan un poco más en los Neandertales cae un mito, un tópico o una leyenda: parte de nuestro ADN Sapiens es suyo porque hubo sexo entre especies, lo que derivó en una mayor resistencia a las bacterias pero también más alergias. 

El mito del cavernícola ceñudo, achaparrado, cabezón y primitivo ya es historia. También habría que desestimar teorías de 2014 sobre la no hibridación entre especies (que se dieron por viables). La atención sobre ellos aumenta, sobre todo cuando cada vez hay más pruebas de su realidad biológica y de las más que íntimas relaciones que hubo entre ellos y los Homo Sapiens. Hubo sexo entres especies porque se ha demostrado que una parte de nuestro ADN moderno proviene de ellos. Es más, la hibridación (mezcla entre especies) con los Neandertales tuvo consecuencias, como un sistema inmunológico mucho más fuerte pero también alergias y una tendencia genética a la depresión. Y lo más curioso de todo: casi un 6% del ADN de europeos y asiáticos es de origen Neandertal, salvo el de los africanos, que es más Sapiens que ninguno. Otro mito racista que se viene abajo.

Concretamente hay tres genes en el ADN humano provenientes de esa rama evolutiva: los genes de los receptores tipo Toll (TLR), proteínas situadas en las membranas de las células del sistema inmunitario y que reaccionan al detectar bacterias, hongos o parásitos. Este descubrimiento se publicó a principios de año en el American Journal of Human Genetics. Un estudio paralelo del Instituto Max Planck también incidía en el mismo punto de hibridación y herencia genética. Es decir, que la mezcla con los Neandertales nos dio la fortaleza biológica necesaria para conquistar Eurasia y expandirnos por el mundo. Los primeros Sapiens derivados se aparearon con las siguientes oleadas provenientes de África y traspasaron esa resistencia genética, con lo que la evolución neandertal pasó a nosotros. También parte de su adaptación biológica al medio: piel y ojos más claros, cabellera más profusa y de tonos castaños.

Lo último que sabemos es reciente: dos investigadores del Instituto Max Planck (Svante Pääbo y Matthias Meyer) han conseguido extraer ADN de fósiles de la Sima de los Huesos de Atapuerca (Burgos), un avance que parece ciencia-ficción pero que es un paso adelante descomunal que ha permitido, por ejemplo, establecer que los habitantes de la zona de hace 400.000 años estaban emparentados con los Neandertales. Ambos han publicado su trabajo en la revista Nature y exponer cómo a partir de dos dientes, un fémur y la escápula han logrado secuenciar ADN con casi 430.000 años de antigüedad.

Un logro que parece salido de la mente de un guionista de cine y que ha permitido aclarar mejor los lazos entre Neandertales y Sapiens. Algunos de los cráneos encontrados en Atapuerca, en esa sima, presentan rasgos típicos de los Neandertales, y en tiempos recientes se pensaba que quizás aquella zona fue hábitat no sólo de Sapiens en el pasado. No obstante había incluso pistas de que podía haber sido poblada antes incluso de los propios Neandertales. Gracias a nuevas técnicas de conservación de fósiles han logrado extraer ADN nuclear de esos huesos y poder establecer que, en realidad, esos fósiles pertenecen a los primeros Neandertales.

Sexo y mestizaje con los Neandertales

En realidad los homínidos de Atapuerca serían arcaicos Neandertales que darían luego paso a los Neandertales “clásicos” que conocemos y que vivieron en Europa hasta hace unos 40.000 años, y que, desde el primer momento, se cruzaron con los Sapiens en esporádicos encuentros sexuales que legarían parte de su ADN a las siguientes generaciones de los Sapiens. Esto es, hubo hibridación entre Neandertales y los primeros Sapiens que llegaron a Europa. Y no sólo dieron paso a hijos que a su vez se juntaron con otros Sapiens, sino que una parte de nuestra configuración genética es heredera de los Neandertales.

No hay religión que aguante semejante revolución paleontológica: ni diseño inteligente ni ideas marginales y sin demostrar, directamente somos producto de sucesivas evoluciones y mestizajes entre especies. Nuestros antepasados Sapiens no sólo mantuvieron relaciones con los Neandertales allí donde estaba estos (principalmente Europa, parte de Oriente Medio y Siberia) sino que hubo descendencia fértil que, a su vez, se volvió a mezclar con otros Sapiens. Estudios recientes, como el liderado por el biólogo español Sergi Castellano (Instituto Max Planck), establecen contactos permanentes entre especies hace casi 100.000 años. Y debieron mantenerse en el tiempo.

Área aproximada de expansión de los Neandertales, que se superpone con las zonas habitables que quedaron durante las glaciaciones y la fase posterior

Los Sapiens modernos surgieron aproximadamente hace 200.000 años, llegaron desde África y se expandieron a partir de una fecha cercana a hace 65.000 años por todo el planeta en algún momento posterior. Eso incluyó las regiones donde los Neandertales ya estaban asentados y dominaban el medio. El problema es que puede que una parte anterior Hasta ahora la teoría era que ambas especies compitieron y convivieron, y que finalmente los Sapiens prevalecieron por adaptarse mejor al fin de la era glaciar y usar mejor tecnología. La idea romántica de una especie que muere y deja el espacio libre a otra diferente hay que revisarla: los Neandertales se extinguieron, cierto, pero antes dejaron parte de su legado genético en los Sapiens primitivos que vinieron en la primera oleada, quizás hace 100.000 años.

Esto implicaría a su vez que los Sapiens se expandieron desde África en varias oleadas, no de una vez, y que en las primeras hubo hibridación con los homínidos que ya estaban allí. Esos primeros sapiens quedaron atrás por los nuevos pero antes crearon una semilla que pasó de una generación a otra y dejó consecuencias: el humano cuyo ADN contenga esos tres genes Neandertales serán más propensos a sufrir alergias y asma, pero al mismo tiempo tendrán un sistema inmunológico más fuerte y resistente a las bacterias y hongos. La razón es que después de 200.000 años de poblamiento en Eurasia los Neandertales estaban perfectamente adaptados al medio y a las enfermedades que existían en esa zona, y al mezclarse con los Sapiens recién llegados traspasaron esa evolución biológica.