El personaje creado por JAN recupera vitalidad por la adaptación que se estrenará en noviembre de este año, y que intentará hacer justicia a una parodia de Superman que creció para ser todo un símbolo del cómic español.

IMÁGENES: Mediaset / Movistar+ / Ediciones B / Norma Comics

Corría el año 1973 y un dibujante de nombre discreto, Juan López Fernández, alias JAN (mucho más reconocible), tuvo una idea: parodiar a Superman, a DC Comics y la España que veía, ya en los últimos años del franquismo, en un cómic. Todo a la vez. Lo que fue creado como un volumen monográfico para Euredit pasó luego a Bruguera y se convirtió en el último éxito de aquella legendaria editorial que luego pasaría, con su catálogo, a Ediciones B. Hablamos de un éxito enorme que sólo Ibáñez y sus dos calvos predilectos, Mortadelo y Filemón, pudieron superar. Tuvo, y tiene, muchas vidas, incluyendo un salto mortal de JAN, que parodió también a Marvel con ‘El Supergrupo’, una variación paralela de su creación en la que Superlópez se une a otros superhéroes que imitan de lejos a Ironman, Doctor Strange y el resto del universo de la rival de DC.

El trasfondo, por supuesto, no tiene nada que ver: hablamos de la Barcelona preolímpica de los 70 y 80, la época dorada de la saga, que todavía continúa pero con muchas críticas por cierto bajón de nivel. El propio JAN, con los años, ha optado por abandonar el tono satírico para convertir su creación en espejo de los problemas sociales del país. Lo que siempre ha destacado, junto con ese humor, es el gran realismo del dibujo, una de las señas de identidad de JAN. En los primeros álbumes, la serie se movía más en el entorno de la parodia de los superhéroes, pero posteriormente JAN se hizo cargo también del guión y el personaje empezó a pegarse más al día a día de la gente que lo leía, con mucha ironía, humor y bastante acidez. De eso hace ya más de 40 años, y el personaje ha cambiado, igual que las tramas. A su creador le han homenajeado por toda España, especialmente en Viñetas del Atlántico en La Coruña, donde aseguró que seguiría dibujando “mientras pueda, aunque tenga que vivir otros 50 años”.

En total acumula ya 76 álbumes (el último, ‘Menguante’) salidos de las manos del autor, durante años ayudado por el guionista Efepé (Francisco Pérez Navarro) en muchos de los números. JAN siempre ha intentado, especialmente desde que asumió el control de creación, quitarse de encima el corsé del superhéroe para darle un mayor sentido argumental al personaje, crear “varios niveles de lectura”, una forma educada de decir que quiere algo más que un tipo con bigote y un pijama azul con capa. Eso implica que frente a la mitología y cierto mesianismo del cómic de género que se hace en EEUU aquí hay más carga social, mucha crítica social también y un humor más dilatado y referencial a la situación actual de la sociedad.

Superlópez es en realidad Juan López, nacido realmente en el planeta Chitón bajo el nombre de Jo-Con-Él (otra parodia circular de Supermán, desde su origen al nombre real del personaje americano); llega a la Tierra después de colarse por error de bebé en un cohete. La familia López le adopta con uno de los nombres más comunes, Juan López Fernández, esencia misma de la normalidad social en España, con un trabajo de oficina indeterminado y una vida muy reglamentada. Es contable y gasta el tiempo libre luchando contra el crimen con su verdadera personalidad de Superlópez en Barcelona. Incluso su novia, Luisa Lanas, es una sátira de Lois Lane. Está dotado de los mismos poderes que el espejo en el que se refleja en la Metrópolis de DC, y como aquél, es vulnerable a su particular versión de la kriptonita, la chiktonita, que le da alergia.

Un rasgo característico del superhéroe bigotudo es que para volar tiene que poner las manos en forma de cuernos, un detalle que mantiene esa esencia de parodia que tenía el personaje en sus inicios, un guiño extraño que conservará durante años a pesar de entrar y salir del Supergrupo, con JAN de dibujante y también como guionista. Es en los años 80, cuando la relación con Efepé termina, cuando Superlópez empieza el gradual cambio hacia una mirada más social acorde con los tiempos. Ya sin el corsé de la censura, JAN vuelca su talento en un héroe más maduro. A pesar de este nuevo enfoque, el humor absurdo y la ironía siguen muy presentes, y la comedia es una herramienta perfecta para quitar las cortinas y que el lector vea esa realidad que quizás no percibe.

Ahora bien, para este cambio también influyó el paso de Bruguera a Ediciones B. La primera, que había tenido muchos problemas con JAN por su carisma de autor independiente. La primera quebró después de muchos años por ser incapaz de adaptarse a los nuevos tiempos, y su catálogo (que incluyó los de Superlópez desde que registrara los derechos del personaje al margen de JAN) pasó a Ediciones B, donde ha asegurado sentirse más a gusto y libre. Eso fue en 1987, pero entonces también llegó la rebaja: de las 62 páginas pasó a las 48 por volumen, lo que resta espacio para desarrollar tramas.

La adaptación pendiente

Después de que Mortadelo y Filemón pudieran hacerlo, y Zipi y Zape también, faltaba meter en el saco del cine el gran superhéroe ibérico con acento barcelonés, Superlópez. Y no será por ganas: ha pasado por las manos de varios directores, incluyendo Álex de la Iglesia (que iba a reclutar a José Mota para el papel), hasta que Mediaset y Movistar+ se unieron para, de una vez, convertir el cómic en imagen y sonido. Finalmente eligieron a Dani Rovira, mucho más delgado, para interpretarle, y al tándem Borja Cobeaga-Diego San José en el guión más Javier Ruiz Caldera en la dirección para hacer carne la larga saga de JAN, un autor imprescindible en la historia del cómic moderno en España. Junto a Rovira estarán Alexandra Jiménez, Julián López, Pedro Casablanc, Maribel Verdú o Gonzalo de Castro, entre otros.

La sinopsis oficial es mimética con el cómic: Superlópez nació en el planeta Chitón con el nombre de Jo-Con-Él y, después de colarse en un cohete, consiguió llegar hasta la Tierra siendo todavía un bebé. Tras ser encontrado cerca de Lérida, es adoptado por el matrimonio López, que decide llamar al chico Juan, quien crece como un humano más, al tiempo que se esfuerza por controlar sus superpoderes y combatir el mal. Ya adulto, comienza a trabajar como contable en una oficina en Barcelona. Sometido a la presión de su jefe y a los antojos de su dominante novia Luisa Lanas (Alexandra Jiménez), se evade de la rutina diaria ejerciendo de superhéroe bajo el nombre de Superlópez.

Así trabaja JAN

Si hay algo que le diferencie es el detalle, la documentación y el realismo en los escenarios. Es un trabajo de zapador que le permite insertar su particular estilo dentro de un marco que recuerda, y mucho, al de Hergé, que mimaba mucho más las calles, edificios, paisajes, coches, trenes, aviones, barcos… lo que fuera, para luego dibujar de forma más libre a los personajes. Algo parecido pasa con JAN, que une a la maestría técnica la crítica social y el humor como instrumento. Pueden pasar meses antes de que se siente a dibujar y escribir. Un ejemplo: puede llegar a acumular cientos de fotografías de cada escenario en un proceso que recuerda a la preproducción de una película, algo honorable en su voluntad artística si tenemos en cuenta que se trata de un hombre y una mesa de dibujo como única infraestructura. Respecto a la crítica social, JAN es famoso porque siempre introduce en segundo plano todo tipo de dibujos y lemas contra las drogas o los excesos económicos, y ha tratado desde las adicciones a la crisis económica, la burbuja inmobiliaria, la explotación infantil o el alcoholismo.