El guionista Alfonso Bueno tuvo una idea que no es nueva pero sí muy original en España, y reclutó al dibujante Diego Simone para dotar de fuerzas visual incontestable a un relato entre este mundo y otro de almas perdidas, entre la realidad del Madrid de los años 20 y la ensoñación de un reino de almas perdidas donde una mujer ejerce de puente y maestra de llaves. Y una pregunta: “¿Qué harías si pudieras comprar tu inmortalidad a costa de la vida de otra personas?”.
IMÁGENES: Grafito Editorial / Diego Simone / Gustavo Bueno
Antes que nada, la sinopsis: Madrid, 1929. Diego es un calavera, un trompetista cuya vida licenciosa se resume en beber, fumar y andar con mujeres. Recién llegado a la ciudad se incorpora a su nuevo trabajo en la banda de músicos del Cabaret de la Nada. La primera noche queda prendado de la estrella principal, la enigmática Satanela, cuyos bailes son cabeza de cartel y atraen a multitud de espectadores de toda la ciudad. Diego decide hacerla suya. Lo que le parecía una conquista más se transforma en una historia de terror con trágicas consecuencias. Diego, aprisionado en una dimensión de seres perdidos y consumido por su deseo de venganza, hará cualquier cosa por volver y ajustar cuentas con Satanela. Aunque para ello tenga que pagar el precio más alto.
Publicada por Grafito Editorial, esta nueva novela gráfica española tiene muchas similitudes con los relatos de Edgar Allan Poe. Tiene referencias continuas a su mundo: la tensión entre realidad y mística, entre lo cognoscible y lo imaginado, entre este mundo y el de lo sobrenatural, almas perdidas, brujas, criaturas con un pie en cada mundo, venganzas… mezclado incluso con parte de la vieja literatura pulp de serie B, como el submundo de los músicos, los cabarets y los burdeles, mujeres fatales, personajes marginales abocados al desastre… Y todo mezclado con el trasfondo de aquel Madrid de la fase final de la dictadura de Primo de Rivera, el feminismo latente y una cuidada puesta en escena.
Lo mejor de ‘Satanela’ es que realmente existió, una referencia a pie de página en el Heraldo de Madrid a finales de los años 20 y la memoria de la propia familia de Bueno, que permitió al guionista tirar del hilo y construir una historia que el lector tendrá la sensación de haberla leído antes en algún libro, pero que se presenta de una forma más original (especial atención al mundo de las almas perdidas, y no hacemos spoilers…), que en el campo visual tiene incluso referencias a la Historia del Arte, al cubismo, el surrealismo y el arte abstracto, al París de la época y el cine expresionista alemán de Entreguerras, obra sin duda de Diego Simone y su estilo colorido, preciso, realista pero que también bebe del imaginario de los filmes de Guillermo del Toro, por poner referencias que se pueden intuir.
El ritmo es rápido, con viñetas pequeñas (salvo excepciones) que visualmente parecen fotogramas de una película y se consumen con avidez. En algunos tramos frena ese ritmo para ser más explicativo, para darle coherencia al contenido de la narración, que sin embargo deja flecos demasiado libres y sujetos a la imaginación del lector. En nuestra opinión puede que demasiadas, pero que puede dar pie a futuras novelas gráficas vinculadas a ‘Satanela’ o simplemente dejarlo abierto porque contestar todas las preguntas es infantil. Aquí no sucede eso: hay tantas puertas abiertas sin cerrar que cada uno leerá y asimilará ‘Satanela’ a su gusto. Y sin duda es algo bueno.