La fiebre de los biopics de la industria del cine es ya comparable por la otra pulsión preferida, la de los remakes y reboots, lo que sea con tal de no tener ideas nuevas; mientras llegan los de Carl Sagan y Jane Austen, el Gobierno del PP destina 4,7 millones para ayudas al cine, una miseria comparada con otros sectores.

El concepto biopic es algo así como una biografía llevada a la pantalla. La pasión por conocer las vidas de los hombres y mujeres señalados por la Historia es tan antigua que casi podría remontarse a la Grecia clásica, y mucho más a Roma. Julio César bebía los relatos sobre Alejandro Magno con la misma pasión que mucha gente hoy compra tostones biográficos y va al cine para ver las adaptaciones de muchas vidas. Y por supuesto nunca atinan: siempre se queda algo en el tintero, porque el personaje es mucho más complejo y desagradable de lo que nos gustaría. Además, intentar resumir una vida en 120 minutos es tan absurdo como hacerlo en 500 páginas. Nunca hay sitio suficiente para contextualizar y narrar una existencia de décadas.

Dicho esto, Hollywood ama los biopics. Y las televisiones todavía más. Al aluvión de películas de este género en los últimos años hay que añadir dos nuevas en camino. Si en los Oscar de este año dos biopic irregulares llegaron con posibilidades y fueron premiadas (sobre Alan Turing y Stephen Hawking), para los próximos hay dos novedades. La primera el proyecto de Warner Bros sobre el célebre astrofísico y divulgador Carl Sagan. Fue quizás un científico de clase media, pero sin duda un divulgador de primera categoría que sirvió a la ciencia con algo más que su oficio diario. Abrió la puerta de la opinión pública a algo tan endemoniadamente complejo como la física, la astronomía y la ciencia en general gracias a la serie documental ‘Cosmos’, un clásico.

Warner prepara una película con Lynda Obst (productora de ‘Interstellar’ de Christopher Nolan y ‘Contact’) y Ann Druyan en la producción y Zach Dean en el guión. No hay ni título ni trama todavía. Druyan tiene un punto esencial para poder estar presente: fue esposa de Sagan desde 1981 hasta que falleció en 1996. Además fue productora y guionista de la continuación de ‘Cosmos’ el año pasado, serie colosal que incluso supera a la original (porque añadió conocimientos nuevos en astrofísica) y que ganó un Emmy con todo merecimiento. La original de los 80 fue la culminación de toda una vida dedicada a la ciencia y divulgación y que se emitió en más de 60 países de todo el mundo, incluyendo España. Además acumuló más de 600 artículos, múltiples libros de éxito y fue uno de los pioneros serios en la búsqueda de vida extraterrestre.

El otro biopic es sobre una mujer, y muy importante porque ayudó a cimentar la novela como el formato preferido de Occidente. Y sobre todo una de las grandes escritoras de la Historia: Jane Austen. La siempre querida Jane ya ha sido objeto de más de una adaptación al cine, pero ahora llega por otra vía. La película, todavía en fase de preproducción, es la adaptación de una novela sobre su vida, ‘Jane by the sea’, de Carolyn Murray y que va más hacia el género de la comedia romántica que por el biopic puro y duro. Detrás está la productora Voltage Pictures, que quiere hacer algo diferente de la típica biografía con trajes de época y amaneramientos victorianos. En realidad se basa en el historial sentimental de Austen, mezclándolo con las historias de sus novelas. Una mezcla rara que de cohesionar bien podría funcionar como un biopic alterado interesante.

La adaptación más reciente y que no ayuda nada a fijar la imagen de la escritora se hizo en 2007 y contó con Anne Hathaway, que le puso cara y voz, para disgusto de críticos y público. De hecho el espectador medio suele confundir este tipo de películas con las adaptaciones de muchas de sus novelas. Que levanten la mano los que han solapado a Jan Eyre (que es de Charlotte Brönte por cierto, no de Austen) con la querida Jane. O también con ‘Sentido y sensibilidad’, ‘Orgullo y prejuicio’… todo lo victoriano con chica joven en medio nos lleva a Austen y muchas veces se solapa, justo como buscaría este biopic-comedia romántica.

Y por último el dinero público y el cine español. Una relación tormentosa que ha terminado por envenenar las relaciones entre industria del cine (y de refilón de la televisión) con la clase política española. En total las ayudas para 2015 se han concretado en 4,74 millones de euros según publica el BOE. Una cantidad muy baja si se tiene en cuenta el dinero gastado en otras áreas supuestamente secundarias como mantenimiento de coches oficiales o compra de los mismos. Un dinero público que sirve para sostener producciones, crear puestos de trabajo y desarrollar la auténtica Marca España. El cine es el principal referente de España en el extranjero junto con el patrimonio y el clima, dos aspectos amenazados por los recortes, la dejadez institucional y el cambio climático, por cierto.

La mayor parte del dinero ha ido a películas de directores consagrados como Carlos Saura (‘Jota, La’) o Agustí Villaronga (‘Incierta gloria’, en la foto superior), pero también a muchas otras producciones con menos nombre detrás pero sí con peso en la industria: ‘Día de muertos’, dirigida por Mamen Quintas Cruceira, que recibirá 366.381,25 euros; ‘Entre dos aguas’ de Isaki Lacuesta, por importe de 288.322,35 euros; ‘Morir’ de Fernando Franco García por 379.381,88 euros; ‘Maus’ de Gerardo Herrero Pereda, por 248.997,43 euros; ‘Rumbos’, de Manuela Burlo Moreno, por 365.473,57 euros; o ‘Verano 1993’, de Carla Simón, por 290.268,50 euros, entre otras.