Más allá de que fueran norteamericanos, blancos y hombres, la Humanidad elevó mucho el listón el 20 de julio de 1969 cuando Neil Armstrong puso un pie sobre la superficie de la Luna en nombre de toda la especie. Lo hizo por todos, aunque sólo representara a una fracción de la totalidad humana. Medio siglo después, recordamos un hito no superado.