La basura espacial es un problema de primer orden, y no sólo para los trabajos de exploración astronómica. No es un problema de una pequeña élite, ya que sus consecuencias podrían repercutir directamente en el planeta. De los muchos planes que hay (cazarlos, embolsarlos, empujarlos contra la atmósfera…) surge uno muy original: disparar un láser desde las cumbres de Tenerife, cerca del Teide.