Otra “pica en Flandes”, mejor dicho, en Plutón: la misión New Horizon de la NASA empezará a analizar Plutón el próximo 15 de enero después de casi una década de viaje.
El eterno planeta relegado, el planeta enano que salió de la lista final de lo que podía considerarse un planeta auténtico… el más lejano, el de la órbita más extraña… Plutón tendrá visita humana en breve: desde el 15 de enero podrá empezar a observar el planeta (a distancia), cuando la misión de la NASA New Horizons llegue a su destino después de 9 años y 5.000 millones de km de viaje, el más lejano con un objetivo claro en el espacio. Porque la misión Voyager no cuenta: no tenía un destino fijo más allá que seguir su ruta hacia el vacío para salir del Sistema Solar y seguir adelante hasta el infinito… y más allá.
New Horizons tiene dos objetivos científicos. El primero, poder tomar mejores imágenes, mediciones y datos de Plutón y de su particular comportamiento, mejores incluso que con telescopios como el Hubble o cualquiera de los que hay en la Tierra. Hará por esta bola helada lo mismo que la misión Cassini por Saturno y sus lunas. El segundo objetivo es estudiar más de cerca el Cinturón de Kuiper, un sistema de extraños mundos helados (asteroides en su mayoría, trozos dispersos de la época de formación del Sistema Solar) que circunvala nuestro pedazo del Universo.
Estar tan cerca de ambos mundos puede suponer un gran avance para la comprensión del sistema planetario, de todo lo que orbita el Sol y de por qué Plutón se comporta como lo hace. Analizará Plutón y sus satélites, la composición de esos cuerpos, cómo es la atmósfera plutoniana, su clima, así como crear un catálogo visual del planeta y de Caronte, su principal satélite. También buscará nuevos satélites menos evidentes, si posee un cuerpo de anillos como ocurre con Saturno y Urano.
Dibujo de la superficie de Plutón
Para poder averiguarlo la misión New Horizons lleva abordo siete instrumentos científicos como una cámara de infrarrojos, espectrómetros ultravioletas y de partículas, una cámara multicolor compacta, una cámara telescópica de alta resolución y un detector de polvo espacial. Todo eso le servirá para poder retratar y enviar información sobre una zona que es una auténtica incógnita y que interactúa con el Sol. De hecho existen teorías bien fundadas que entienden que los cometas son cuerpos del cinturón de Kuiper captados por la gravedad solar.
La sonda se lanzó desde Cabo Cañaveral el 19 de enero de 2006, primer paso de un larguísimo viaje que le llevó hacia Júpiter, adonde llegó tras un año de viaje. Allí hizo una parada de “relanzamiento”: la sonda aprovechó la fuerza gravitatoria del gigante para aumentar su velocidad hasta los 14.484 km/h y así poder acortar el viaje hasta Plutón, donde llegará en julio de este año que arranca. Una velocidad descomunal, sólo superada por las dos sondas Voyager originales. Pero desde este mes y hasta el verano, durante la larga aproximación, podrá enviar información cada vez más detallada de un cuerpo celeste que es un auténtico desconocido.