Hace unos meses todos hubieran aplaudido que Christopher Nolan y los productores de ‘Dunkirk’ subieran al escenario a recoger el Oscar a la Mejor Película. Pero apareció por el camino un director mexicano afable y que se traba todavía al hablar inglés con las consonantes, Guillermo del Toro, con una película mucho más amable, tierna y al mismo tiempo inquietante, ‘La forma del agua’, su mejor obra y la que más alto ha llegado, aunque no será la más taquillera. Como si importara.