Esta semana, de hecho, mañana mismo, la astronomía tendrá un subidón de autoestima cuando New Horizons empiece a sobrevolar Plutón en órbitas más cercanas después de años de viaje. Pero no es lo único nuevo en esta disciplina, donde han descubierto un agujero negro super masivo y una futura caída de tensión del Sol con consecuencias para nosotros.
Empecemos por lo más interesante: Plutón. Mañana martes la nave New Horizons hará el primero vuelo de aproximación final a Plutón, pero por el camino, mientras se acercaba, la nave ha enviado fotografías cada vez mejores de este planeta enano de órbita particular (en sentido contrario sobre el plano respecto al resto de planetas del Sistema Solar), rodeado de lunas casi tan grandes como él y con una superficie que parece un paisaje después de un bombardeo masivo. New Horizons ha captado imágenes en las que se aprecia que este distante mundo helado está surcado de accidentes geográficos importantes, como acantilados y simas, también señales de impactos importantes de meteoritos.
Pero no sólo Plutón. Caronte, la luna hermana, muy cercana a él, muestra que está llena de cicatrices traducidas en abismos y cráteres, especialmente uno en el hemisferio sur que por comparación de escalas podría ser más largo y profundo que el Gran Cañón del Colorado. Así que olvídense de que los mundos lejanos sean simples bolas de hielo que orbitan al Sol como pueden, sino que son mundos con su propia actividad geológica de peso. Obviamente todo planeta es un potencial campo de tiro para asteroides y meteoritos, pero lo cierto es que las imágenes muestran que en realidad Plutón parece una diana gigante. En Caronte se ha visto que son incluso recientes para la cronología del Universo, quizás menos de mil millones de años.
La fuente cercana sería el Cinturón de Kuiper, una inmensa colección de cuerpos de cometas y asteroides que orbitan fuera de las órbitas planetarias, a una distancia de entre 30 y 100 ua (unidades astronómicas). Sus tamaños van entre los 100 y los 1.000 km de diámetro, por lo que no deben ser tomados a broma. Sencillamente Plutón y Caronte están en la trayectoria cuando uno de ellos es captado por la gravitación solar. La luna plutoniana, por ejemplo, muestra un cráter de casi 100 km de ancho. A partir de mañana sabremos más.
Mini edad de hielo para 2030
Por si no fuera poco la realidad del cambio climático y cómo ya no tiene remedio (a partir de ahora todo acuerdo político y económico se limitará reducir y paliar sus efectos, no el cambio en sí) una investigadora rusa, Valentina Zharkova (Universidad de Northumbria, Reino Unido) ha presentado en la última reunión de la Royal Astronomical Society que para 2030 habrá una “caída de tensión” en el ciclo solar que podría provocar en la Tierra una serie de años de temperaturas muy bajas a nivel planetario. Es decir, una “mini edad de hielo” parecida a las que ya se produjeron en el pasado (en los años 40 del siglo XX, en el siglo XVI o durante la Edad Media).
Los ciclos solares duran aproximadamente once años. Según Zharkova el nuevo modelo de ciclo refleja irregularidades en la actividad solar para el futuro. Este modelo se basa en los efectos dinamo en dos capas del Sol, uno cerca de la superficie y otro de profundidad dentro de su zona de convección. Las predicciones del modelo apuntan a que podría haber una caída de actividad de casi el 60% durante la década de 2030 parecidas a la que se supone arrancó en 1645 y sumió Europa y otras regiones del mundo en un frío excesivo que afectó a cosechas, humanos e incluso en la política. No obstante aún es pronto: a pesar de estar monitorizado las 24 horas del día, el Sol no ha repetido ciclos exactos desde que se tiene noticia, y las fluctuaciones no son tan evidentes. No es algo de cajón: en realidad los ciclos pueden acortarse hasta los 10 años o alargarse a los 12, y cada uno es diferente al anterior y al posterior. Nadie sabe por qué se dan estas fluctuaciones. Según Zharkova es la influencia de esos dos efectos dinamo que varían el comportamiento solar, uno en la superficie y otro en la zona más profunda. Sus cálculos han mostrado casi un 100% de efectividad.
Zharkova apunta a que el actual ciclo, denominado Ciclo 25, culminará de manera compensada, esto es, que se mantendrá el actual ritmo de estaciones cortas con subida de temperaturas. El siglo Ciclo 26, que cubriría la década posterior a partir de 2030 los dos efectos dinamo quedarán descompensados, por lo que no habrá tanta reatroalimentación y podría causar una caída de actividad solar. Cada efecto dinamo genera una onda; si ambas ondas se anulan entre sí esto genera una reducción de actividad en el Sol. Hace más de 300 años que no hay una reducción importante, que coincidió con la mitad del siglo XVII con importantes efectos colaterales.
Agujero masivo más grande que una galaxia
Entre tanto el misterio de los agujeros negros no deja de crecer. Han pasado por diferentes fases, de meros destructores a piezas fundamentales en la creación de galaxias. De hecho se estima que hay un agujero super masivo en el corazón de cada galaxia. Pero ahora esa teoría podría tener un problema desde que la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (ETH), en Suiza, haya descubierto un agujero negro masivo que creció tanto que la galaxia anfitriona no fue capaz de adaptarse. Por primera vez se pone en duda esa idea de retroalimentación entre destrucción y creación a partir de los agujeros negros. No se preocupen, la galaxia está tan lejos que la luz que llegó a los telescopios terrestres tiene una fecha antiquísima: 12.000 millones de años. Es decir, que lo que han observado los investigadores del ETH sucedió antes incluso del nacimiento de la Tierra.
Esta galaxia, la CID-947, es una de las más antiguas del universo y su agujero negro equivale a 7.000 millones de veces la masa del Sol. Todo un récord, pero no tanto como para impresionar. El problema es que esa masa es incompatible con la galaxia, que no puede, literalmente, soportar el ritmo del agujero negro sin desaparecer. Los equilibrios son muy importantes. En el centro de la Vía Láctea, nuestra galaxia, hay un agujero negro masivo que hace girar todo el gran entramado según la teoría de la convección creadora, es decir, que el agujero no puede tragarse tanta masa como la que le rodea, por lo que se crea un equilibrio entre creación y destrucción. La energía liberada por el agujero negro en su dieta de materia y luz calienta los alrededores y permite que se formen estrellas. En CID-947 eso no sucede. Quizás el agujero negro fue sobrealimentado en el inicio por bolsas de gas frío que alimentaron los nidos de germinación de estrellas como el propio agujero negro. Al crecer demasiado rompe la armonía física, que debería ser de entre el 0,2 y el 0,5% del total de la galaxia. Es decir: la boca caníbal es demasiado grande para el plato, que además, para terminar de contradecir la teoría, sigue creciendo en tamaño a pesar de que el agujero negro ya ha alcanzado su límite.