Celebramos 200 años del nacimiento de un pilar literario de Occidente, el Prometeo moderno que fue en realidad el salto y fusión entre la literatura y la ciencia de una manera que, con cierta perspectiva, podemos definir como “moderna”. En este aniversario el mundo se llenará de alabanzas sobre Mary Shelley y el monstruo. Pero al margen de lo poético, lo humanístico e incluso lo cinematográfico, queda para la posteridad algo muy objetivo: la ciencia entra en juego en la literatura con una fuerza demoledora.